Alegandro Magno a menudo estaba atormentado, pues la insatisfación desbocada es realmente atormentadora y el ladrón de la paz interior. Uno de sus amigos le habló de un curioso personaje: Diógenes, un sabio siempre apacible que vivía en un barril. Alejandro era inteligente, sin duda y consciente de que era necesaria es paz interior que a él le faltaba, se decidió a visitar al sabio del tonel. Cuando llegó el hombre más poderoso de su época ante el desnudo y apacible Diógenes , le preguntó:
--- ¿qué quieres que te dé?. Puedo darte cualquier cosa, pues soy un hombre muy poderoso
Prácticamente sin mirarlo, diógenes dijo:
--- Por favor, apartarte y no me ocultes el rayo de sol.
--- Consiste en estar tranquilo, meditar, desarrollar la bendita indiferencia.Quédate conmigo y aprenderás.
--- Ahora no puedo---alegó Alegandro ---, porque debo partir para conquistar la India; pero te aseguro que después regresaré a aprender cómo lograr la ansiada paz interior.
Posdata: nunca regreso y murio sin conocer la paz interior
No hay comentarios:
Publicar un comentario