Uno de los más poderos ejercicios de crecimiento interior consiste en prestar atención a cosas que hacemos automáticamente, como respirar, parpadear o fijarnos en los objetos que hay a nuestro alrededor.
Cuando hacemos esto, permitimos que nuestro cerebro trabaje con más libertad, sin interferencias de nuestros deseos.Ciertos problemas que parecían no tener solución acaban resolviéndose, ciertas obras que juzgábamos insuperables se disiparon sin esfuerzo.
Dice el maestro:
Cuando tengas que enfrentarte a una situación difícil, procura usar esta técnica.Exige un poco de disciplina, pero los resultados son sorprendentes.
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