¿Saldrá el sol donde se pone?
Esta pregunta me
sobrevino aquel día, como todos los días del mes de julio sale en el
mismo lugar y la misma hora, la respuesta es si en Santa Leocadia de Laviana poniéndose
en la península de Nieva. Cayendo sobre la rasa de la playa de Xagó (no fue un día
bueno nubes a la tarde), a muy larga distancia. Como no podía ver la arena, me
deslice sobre el horizonte oteando la rasa. Logre neutralizar las nubes, a
golpe de disparo largo, pero certero, no provocando el dolor al sol. Porque el
ayer de otras galerías yace sepultado en mi mente, para siempre, viviendo el
momento del hoy como si fuese la última galería. Y le saque partido al último rayo
del día. Eludí con ahínco todo aquello,
que mata el tiempo, la indecisión, la destruí con acción sepultando las dudas
bajo mi fe.
Y el temor lo destruí, con la confianza en mí móvil, y
ese día cumplí los deberes,
acariciando los rayos, que se dejaron
ver apostado, detrás de un maizal (detrás de mi casa), Este día al llegar a mi
casa abrace el móvil, y lo saboree como si fuese el último de mi vida dándole
las gracias. Y me consagre para el trabajo del mañana. Porque mañana no tendrá
nada que dar, y no habrá nada que recibir. Solamente viviré esta última galería
como si fuese el último día del sol.
Este día aproveche los minutos hasta su máximo, y los canjeare
por algo de valor, trabaje con ahínco
para la siguiente. Y nunca exigiere que
sea la mejor. Exigiré a mis músculos hasta que pidan alivio, y aun así
continuare abrazando los disparos de mi móvil, para que sean los más fructíferos,
y fecundos que las horas del ayer.
Y si no caeré de rodillas, y daré gracias al sol.
El golpe de disparo duro 1 hora
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