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lunes, 29 de febrero de 2016

Indígenas........... Brasil...........




Introducción:
 

Asháninca



Población total                88 703 asháninkas y 8 774 ashéninkas
Idioma                 Idioma asháninca
Etnias relacionadas        Atiri, caquinte, chamicuro, madija, matsiguenga, etc.



El pueblo asháninca o asháninka es una etnia amazónica perteneciente a la familia lingüística arawak, llamados en épocas anteriores como antis, chunchos, chascosos, campas, thampas, cambas, komparias, kuruparias y campitis, los asháninkas han sido tradicionalmente más conocidos como campas.



Historia:

 Siglo XX, situación actual y oficialización:


Protagonistas de una larga historia de lucha, los Asháninkas han repelido a los colonos provenientes sobre los contactos con el imperio incaico

Los primeros testimonios de la presencia asháninka en la Amazonia que nos han llegado hasta el presente son armas de bronce, como por ejemplo hachas, encontradas en el territorio que ocupan desde antes del surgimiento del Imperio Inca.

Algunos contactos con dicha cultura son evidentes a juzgar por el desarrollo de técnicas textiles y musicales. Cerca al río Tambo hay varios petroglifos de origen amazónico entre los cuales el Totem del Tambo un gran petroglifo con cara de mono. e todo de los Andes peruanos, combatiendo la explotación maderera desde 1980.

Orgulloso de su cultura, este pueblo es movido por un profundo sentimiento de libertad.

Desde marzo de 2008, el Asháninca es reconocido por el Gobierno Regional como lengua oficial en Ayacucho, al mismo nivel que el Quechua y el Castellano. Así mismo, se ha oficializado su uso en escuelas hasta el quinto grado de secundaria de modo obligatorio en las localidades ayacuchanas con predominancia asháninca.



Demografía:
En Perú:

En el Perú los asháninkas vivían dispersos en un vasto territorio que comprendía los valles de los ríos Apurímac, Ene, Tambo, Perené, Pichis, un sector del Alto Ucayali y la zona interfluvial del Gran Pajonal, organizados en pequeños grupos residenciales compuestos por alrededor de cinco familias nucleares bajo la dirección de un jefe local o curaca. Los ríos donde se asentaron los ashaninka y donde se les puede encontrar son el Bajo Apurímac, Ene, Tambo, Satipo, Pichis, Bajo Urubamba, Alto Ucayali, Pachitea y Yurúa, así como en sus principales afluentes. Debido a las migraciones, ya sea por violencia política como por interés en la extracción de recursos forestales ha hecho que se movilicen y compartan territorios con otras etnias, como en el Bajo Urubamba, donde comparten espacio con los machiguenga.

Cartógrafos y viajeros registran en l857 la existencia de los asháninkas en las cabeceras del Yurúa, desde finales del siglo XVII e inicios del XVIII, en un territorio ampliamente dominado por los grupos panos (Kitaka, 1991:38).

Como señala Stefano Varese, ya Osambela en 1896 estimaba la población asháninka en 20 000 individuos, aunque en su cálculo incluía a población indígena de otros grupos; en tanto que Von Hassel, Eberhardt y Nordenskjold estimaban dicha población entre 10 000 y 15 000 personas. Grubb y Fast afirmaban que podían sumar alrededor de 30 000 a 40 000 (Varese, 1973:43).

En las dos últimas décadas, las estimaciones poblacionales para el conjunto de la sociedad asháninka varían desde 25 300 habitantes como límite mínimo (Wise y Ribeiro, 1978) a 45 000 habitantes como máximo según cálculos hechos por Varese (1972), pasando por 28 000 de acuerdo a las estimaciones de Uriarte (1976) y por 37 000 en las apreciaciones de Chirif y Mora (1977).

La información recogida por Mora (1994) a partir del análisis de los datos de los centros poblados censados en 1981, indica un total de 33 279 asháninkas censados en 208 asentamientos.

De acuerdo a la información en el censo de 1993, los asháninkas constituyen el grupo indígena más importante de la Amazonia peruana: 52 461 personas que representan 21,89% del total de la población indígena censada. El total poblacional señalado incluye a 229 habitantes caquintes, a 44 436 autodenominados asháninkas -habitantes tradicionales de los ríos Apurímac, Ene, Tambo y Pichis- y a los llamados ashéninca (7796 personas), moradores de las regiones del Alto Perené, Alto Ucayali y Gran Pajonal.
 
En los registros censales, se estima sin embargo una importante omisión de la población localizada en las cuencas de los ríos Ene y Tambo, cuya área no pudo ser adecuadamente censada por la violencia política imperante en la misma.

Los masivos desplazamientos territoriales y la relocación de cientos de familias asháninkas, como consecuencia de dicho fenómeno, han tenido un impacto importante en la dinámica demográfica de esta sociedad, el que recién está comenzando a ser evaluado.1

El promedio de habitantes por comunidad es de 171 personas, existiendo asentamientos con menos de 10 individuos frente a otros que superan largamente a las 600 personas, siendo el más poblado el de 1284 personas censadas.

El índice de masculinidad registrado es de 112,0, observándose un claro predominio de la población masculina en todos los grupos de edad. El 48,0% de la población asháninka tiene menos de 15 años, claro indicador de una población mayoritariamente joven. Los mayores de 64 años representan apenas 1,0% del total censado.

La tasa bruta de mortalidad asciende a 31,39 por ciento. Este grupo tiene casos masivos de fallecimientos en el año anterior al censo en algunas comunidades, consecuencia clara del grave impacto de las acciones terroristas sobre la población asháninka. Seis comunidades registraron 30 o más fallecimientos en el período indicado y en otras 33 se consignaron entre 10 y 29 fallecidos durante el mismo lapso.
 

En Brasil:

Los asháninkas en territorio brasileño suman menos de 1.000 habitantes. Conocidos como kampas en Brasil y también como campas en Perú (término peyorativo), se encuentran distribuidos en pequeñas localidades a lo largo de los ríos Breu, Amônia y Arara, afluentes de los ríos Envira y Yurúa, en el Estado de Acre. Su población se estimaba en 689 personas según datos del CEDI de 1991.



Es muy probable que la presencia asháninka en Brasil se deba a la acción de los patrones caucheros quienes los trasladaron desde el Gran Pajonal. Sin embargo, algunas fuentes refieren la presencia de asháninkas en territorio brasileño desde el siglo XVIII.