Aser (אָשֵׁר),
era, según el libro del Génesis, el segundo hijo de Jacob (segundo de los
patriarcas) y Zilpa, sirvienta de su primera esposa. Además, fue el fundador de
la tribu de Aser.
Este nombre quiere decir en hebreo felicidad, ya que Zilpa,
al nacer Aser, gritó: "Feliz de mi, ahora todas me llamaran dichosa"
(Génesis 30, 13:14).
Aunque la forma Aser aparece uniformemente en las versiones
de los Setenta, Vulgata y Douay, una inspección del texto original muestra
claramente que la forma correcta del nombre es Asher.
. Aser fue el octavo hijo de Jacob, el cual le nació en
Paddan-Aram. Fue el segundo hijo de Zilpá, esclava de Lía, esposa de Jacob. Su
nombre se deriva de la raíz Asher, hacer o declarar feliz, y su madre le puso
este nombre pues declaró que por este nacimiento “las demás me llamarán
bendecida” (Gn. 30,13). En la Biblia aparecen registrados cuatro hijos y una
hija de Aser, llamada Sara (Gn. 46,17). Los descendientes de Aser están
enumerados en Crón. 7,30-40.
II. Una de las doce tribus de israelitas, descendientes de
Aser, el hijo de Israel. Su territorio tribal es descrito en Josué 19,24-31. Se
extendía a lo largo del mar Mediterráneo desde el Monte Carmelo hacia el norte
hasta el río Leontes, el moderno Nahr el-Quasimiyeh. Su frontera oriental era
una línea irregular, que dividía a Zabulón y Neftalí, y su lugar más lejano era
la ciudad de Ahalab, muy probablemente la moderna El-Djich. El territorio de
Aser contenía veintidós ciudades, con sus villas; pero los aseritas no
expulsaron a los habitantes de esas ciudades, sino que vivieron entre ellos. Su
tierra era fértil, como fue predicho por Jacob: “Aser tiene pingüe su pan, y da
manjares de rey” (gén. 49,20); él “baña su pie en aceite” (Dt. 33,24).
Los numerosos valles de la tierra estaban bien regados por
los vados El-Houbeichiyeh, El-Ezziyeh, Ez-Zerka, Ker Kera, El-Kourn; y los ríos
Nahr Mefschoukh, Nahr Semiriyeh, Nahr Namin, y Nahr el-Moukhatta, el antiguo
Cison. El litoral de Aser era irregular. Su parte norte tenía un ancho
insignificante de menos de dos millas. En Ras en-Naqurah, la antigua Scala
Tyriorum, la montaña hunde su pared de rocas en el mar. Desde este punto hacia
el sur el litoral se expande hasta Ez-zib y hasta Saint Jean d'Acre, algunas
veces tiene hasta diez millas de ancho. Esta gran planicie con sus valles que
se extendían tierra adentro le producían a Aser abundancia de trigo, cebada y
otros cereales. Aun en el presente estado decadente de la tierra, la región es
rica en cereales. Las colinas, ahora cubiertas con espesos zarzales, en los
días de la prosperidad de Israel estaban cubiertas con olivares, higueras y
viñedos. La fertilidad de la tierra dio pie al dicho de que en Aser el aceite
fluía como un río. Los valles, las colinas y los lugares altos están cubiertos
con las ruinas posteriores cananeas, judías y bizantinas, mostrando una
sucesión estratificada de las civilizaciones que han florecido allí.
En la historia de Israel la tribu de Aser juega un papel de
poca importancia. Cuando se hizo el primer censo de Israel en el Monte Sinaí,
Aser contaba con 41,500 hombres aptos para la guerra (Nm. 1,40-41). Su jefe era
Paguiel, el hijo de Okrán. En Números 26,47 su número había aumentado a 53,400.
Cuando los guerreros de las tribus de Israel vinieron donde David a Hebrón a
nombrarlo rey de Israel, vinieron 40,000 soldados de Aser (1 Crón. 12,37). En
Números 7,72-77 aparece la ofrenda de Aser para el primer altar dedicado por
Moisés en el desierto. En la tribu de Aser había cuatro ciudades levíticas:
Misal, Abdón, Jelcat y Rejob, con sus suburbios. Cuando Zabulón y Neftalí
expusieron sus vidas en la guerra contra Jabin, rey de Canaán, “Aser vive a
orillas del mar y tranquilo en sus puertos mora”; así fue reprobado en el
cántico de Débora (Jc. 5,17). Se redimió a sí mismo de cierto modo de este
reproche al marchar con Gedeón contra Madián. Cuando Ezequías invitó a los
hombres del reino del norte a venir a la casa del Señor en Jerusalén para
celebrar la Pascua, algunos de la tribu de Aser sí acudieron (2 Crón. 30,11).
Ana la profetisa era de la tribu de Aser (Lc. 2,36).
III. Aser, una villa fronteriza al territorio cis-jordano de
la tribu de Manasés; muy probablemente el moderno Teiasir.
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