Introducción:
Los dinka son una etnia nilótica
de Sudán del Sur. Viven desde el siglo X a ambos costados del río Nilo y hablan
una lengua perteneciente al grupo nilo-sahariano. Son unos tres millones y
están divididos en unos 21 grupos, cada uno con su propio líder legítimo.
Economía:
Aunque la ganadería ha sido
siempre su principal recurso económico, nunca ha faltado una importante
actividad agrícola y pesquera que les ha permitido ser autosuficientes en
alimentación. Cada vez más, va cobrando importancia los sectores del comercio y
de la industria ligera.
Sociedad:
Hasta la invasión de los
británicos, apenas si había asentamientos permanentes de población, siendo la
trashumancia la forma de vida general. La administración británica favoreció la
creación de aldeas estables que rápidamente se multiplicaron por todo el país.
Cada pueblo es gobernado por un líder elegido por la comunidad. Es una sociedad
bastante igualitaria, careciendo de un sistema de clases sociales.
La poligamia es habitual entre
los dinka, aunque hay muchos hombres que sólo tienen una esposa. Mantienen la
tradicional "dote" que la familia del novio debe entregar a la
familia de la novia.
Se casan entre personas de diferentes clanes, lo que ha
facilitado la cohesión social. Consideran que el levirato (casamiento de una
viuda con el hermano de su esposo fallecido), da seguridad a la viuda y sus
hijos. Aunque una co-esposa es responsable del cuidado de sus hijos, todos los
hijos de las co-esposas se crían juntos y las co-esposas suelen cocinar para
los hijos de todas.
Tradicionalmente, los dinka
llevan poca ropa, siendo normal que un hombre adulto vaya totalmente desnudo,
salvo los collares alrededor del cuello. Las mujeres suelen llevar sólo una
piel de cabra desde la cintura. Cada vez más, las jóvenes gustan de las formas
de vestir de otros pueblos vecinos, y los hombres, de las largas túnicas usadas
en el norte. Cuidan mucho, especialmente los hombres, de la ornamentación del
cuerpo (Fotos). Suelen quitarse algunos dientes por una cuestión meramente
estética. Los hombres que se dedican al pastoreo, utilizan ceniza de estiércol
de vaca para ahuyentar los mosquitos. Es fácil ver hombres, especialmente entre
los jóvenes, con el pelo teñido de rojo, para lo que utilizan orina de vaca,
mientras que las mujeres se afeitan la cabeza y las cejas, dejándose sólo una
mata de pelo encima de la cabeza.
Religión:
Aproximadamente, el 94 % de la
población mantiene la religión tradicional; un 5 % ha adoptado el cristianismo;
y un 1 % el Islam.
Los dinka creen en un solo Dios
llamado Nhialac, creador y fuente de vida pero que está distante de los
problemas de los humanos. Cuentan con las entidades espirituales, Yath y Jak,
que hacen de intermediarios con Nhialac. Los antepasados, según la vida que
llevaron en vida, continúan viviendo junto a la familia. Los sacerdotes son los
responsables de rituales y sacrificios (normalmente algún animal), ofrecidos a
los antepasados para lograr de Nhialac que las cosas vayan bien para las
personas y la comunidad.
El ganado vacuno tiene un
contenido religioso y suele ser empleado en los sacrificios rituales a Yath y
Jak, aunque a veces se utilizan ovejas. La familia y las relaciones sociales
son valores fundamentales en el pensamiento religioso dinka.
Mitología dinka:
Al principio Nyalitch estaba
siempre muy cerca del hombre vivió junto a él y éste era inmortal igual que
Nyalitch. Los humanos en aquel tiempo no tenían enfermedad alguna y no pasaban
nunca hambre, teniendo el mijo que cada día Nyalitch les daba para alimentarse.
Un día, Abuk, la primera mujer que Nyalitch había creado, ansiosa por moler más
rápido el mijo utilizó un palo tan grande en el mortero que golpeó el cielo.
Esto encolerizó a Nyalitch que se retiró de la tierra y dejó solos en esta a
los humanos. Desde entonces el país se ha estropeado, y los hombres están ahora
sujetos a la muerte, la enfermedad y el hambre.
Nyalitch es considerado como el
único dios del pueblo dinka, Él es el dios del cielo y de la lluvia y el señor
de los espíritus de los antepasados. Abukn, la primera mujer, es considerada
como la patrona de las mujeres y los huertos y campos. Se le suele representar
como una pequeña serpiente.
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