Introducción:
Los
barís o motilones-barí, son un pueblo
Los barís o motilones-barí, son un pueblo amerindio que
habita en las selvas del río Catatumbo, a ambos lados de la frontera entre
Colombia y Venezuela y habla barí, un idioma de la familia lingüística chibcha.
Rio catabunbo |
Los barís o motilones-barí, son un pueblo amerindio que habita en las sel
Historia:
Historia:
El territorio tradicional barí que se extendía por la cuenca
del Catatumbo-Zulia y parte de Santa Ana, fue sustancialmente reducido, primero
por la conquista y colonización española y más recientemente en forma aún más
drástica, por la explotación del petróleo y del carbón en la región desde el
siglo XX y la colonización colateral del espacio rural.
La resistencia del los barí fue intensa entre 1530 y 1730,
cuando los misioneros capuchinos estudiaron su idioma y comenzaron a catequizar
algunos grupos y a conformar poblados indígenas. Al principio estos poblados
fueron atacados por los barí, al igual que los de los españoles, pero a partir
de 1772 la gobernación de Maracaibo logró iniciar un contacto pacífico que
llegó a incluir a por lo menos 21 comunidades barí.
Los capuchinos propiciaron, mediante la entrega de
herramientas metálicas, el traslado voluntario de los barí a poblados en sitios
escogidos por ellos, lo que ocasionó ciertos conflictos con los hacendados,
atenuados por las ventajas que dio la explotación tranquila de plantaciones de
cacao, de rutas comerciales y en algunos casos la disponibilidad de mano de
obra. Esto traslados significaban modificar el patrón de vivienda multifamiliar
elíptica o circular que albergaba la comunidad ("maloka"), a viviendas
unifamiliares congregadas en poblados.
Durante la guerra de Independencia, los capuchinos se
declararon partidarios de la causa del rey de España y enfrentaron a los
patriotas, siendo derrotados en 1813 y tras ello la mayoría de los barí
abandonaron los poblados y regresaron a la selva. El obispo de Mérida quitó a
los capuchinos la jurisdicción sobre los cinco poblados que aún quedaban en
1817. Aunque con la excepción del poblado de El Pilar, todos los demás fueron
abandonados desde entonces, las relaciones entre barí y criollos fueron
pacíficas hasta 1882 cuando las tensiones con los hacendados provocaron
enfrentamientos que se agravaron desde 1885.
En 1905 el gobierno del general Rafael Reyes otorgó al
general Virgilio Barco la concesión para explotar petróleo, hulla y asfalto en
el territorio barí. Los capuchinos regresaron enviados por el gobierno de
Colombia desde 1910, y en 1914 un obispo visitó a los barí. Sin embargo los
conflictos se incrementaron debido a la expansión de las haciendas y la trata
de indios hacia las haciendas del Zulia y aún más por las exploraciones
petroleras y mineras, que los indígenas percibían como invasiones a lo profundo
de su territorio. A finales de la década del veinte los barí estaban en plena
guerra de resistencia.
La Concesión Barco fue cedida por la familia del general a
la empresa estadounidense Gulf Oil. En 1931 el contrato Chaux-Folson, entre el
gobierno colombiano y la compañía estipulaba:
El gobierno les
prestará a las compañías contratantes la protección debida para repeler la
hostilidad o los ataques de las tribus de motilones o salvajes que moran en las
regiones de que hacen parte los terrenos materia de este contrato, lo que hará
por medio de cuerpos de policía armada o de la fuerza pública cuando sea
necesario.
En contra lo dispuesto en este contrato se pronunciaron los
Consejos y Ligas de Indios de otros lugares de Colombia, cuyo líder Quintín
Lame escribió una carta a la Cámara de Representantes, protestando porque el
gobierno se compromete, a instancias de la Gulf, a atacar por la fuerza, con el
ejército y la policía a mis hermanos los indios motilones, que viven y tienen
sus labranzas en la región del Catatumbo."
La guerra entre los motilones y las petroleras, que duró 20
años, fue en extremo desigual. Flechas contra fusiles y aviones, de manera que
finalmente los indígenas cedieron dos terceras partes de su territorio a las
compañías y a la colonización.
Derrotados los barí, fueron las misiones católicas
(especialmente las misioneras de la Madre Laura) y evangélica (de Bruce Olson),
los vehículos de la pacificación y de su relacionamiento con las sociedades
colombiana y venezolana. En 1963, guiado por las concepciones del indigenismo,
el director de Asuntos Indígenas de Colombia inició una labor de protección del
territorio que aún era controlado por los barí y luego se han delimitado dos
Resguardos Indígenas donde se reconoce su propiedad colectiva: en 1981, el
Motilón- Barí de La Gabarra, en los Municipios de Teorama, Convención y El Carmen;
y en 1984, el Barí de Catalaura, en los Municipios de El Tarra y Tibú.
Un Sadouyi (abuelo y figura central de la vida religiosa Barí), se prepara para realizar el canto “Chibara”. |
En el siglo XXI los barí están nuevamente amenazados por los
intereses de las empresas mineras en Venezuela, que aspiran a ampliar la
explotaciones de carbón y por las empresas petroleras que desde Colombia
desarrollan nuevas exploraciones y explotaciones en su territorio. Además han
sido afectados gravemente por la dispersión de cultivos de coca de los colonos
y por el conflicto armado que ocurre en Colombia. El territorio tradicional barí que se extendía por la cuenca
del Catatumbo-Zulia y parte de Santa Ana, fue sustancialmente reducido, primero
por la conquista y colonización española y más recientemente en forma aún más
drástica, por la explotación del petróleo y del carbón en la región desde el
siglo XX y la colonización colateral del espacio rural.
La resistencia del los barí fue intensa entre 1530 y 1730,
cuando los misioneros capuchinos estudiaron su idioma y
Organización social:
Cada grupo local está compuesto por aproximadamente 50
personas, que poseen hasta tres bohíos o "malokas" o casas comunales,
en cada una de las cuales viven varias familias nucleares. Se establecen por
unos diez años en un sitio escogido cerca de ríos abundantes en pesca, en zonas
no inundables. En el centro de la maloka están los fogones, en los lados los
dormitorios de cada familia.
La distribución interior de la maloka, que es núcleo
sociopolítico, responde a las reglas de organización social. El jefe de la
maloka es el ñatubai, el segundo es el abyiyibai, el tercero el ibaibaibai y
ocupan en orden la maloka a partir de la izquierda de la puerta de entrada.
Para cada barí, los otros barí conocidos son parientes o aliados. Los
matrimonios se establecen entre aliados y son prohibidos entre parientes. En la
maloka se busca que cada familia se ubique de manera que los vecinos sean
aliados del hombre y parientes de la mujer. Los extranjeros son recibidos como
parientes.
Una pareja se formaliza cuando participa conjuntamente en la
construcción de una maloka. Generalmente el marido va a vivir con el grupo de
la mujer.
Economía:
Los barí son agricultores, cazadores, pescadores y
recolectores. Cultivan, en campos en los alrededores de las casas comunales,
yuca, batata, plátano, zapallos, maíz, ñame, piña, caña de azúcar, cacao, algodón,
achiote y ají, cazan aves, monos ,el pecarí, la danta y roedores. Utilizan como
arma de caza y pesca el arco y flecha. La pesca es una fuente muy importante de
su alimentación y para multiplicarla construyen represas temporales y usan
barbasco. Entre los productos recolectados se destacan los frutos de la palma
milpesos. Practican el comercio desde época inmemorial para obtener sal y
actualmente para dotarse de herramientas metálicas, receptores de radio,
baterías y otros artículos.
comenzaron a catequizar
algunos grupos y a conformar poblados indígenas. Al principio estos poblados
fueron atacados por los barí, al igual que los de los españoles, pero a partir
de 1772 la gobernación de Maracaibo logró iniciar un contacto pacífico que
llegó a incluir a por lo menos 21 comunidades barí.
Los capuchinos propiciaron, mediante la entrega de
herramientas metálicas, el traslado voluntario de los barí a poblados en sitios
escogidos por ellos, lo que ocasionó ciertos conflictos con los hacendados,
atenuados por las ventajas que dio la explotación tranquila de plantaciones de
cacao, de rutas comerciales y en algunos casos la disponibilidad de mano de
obra. Esto traslados significaban modificar el patrón de vivienda multifamiliar
elíptica o circular que albergaba la comunidad ("maloka"), a viviendas
unifamiliares congregadas en poblados.
Durante la guerra de Independencia, los capuchinos se
declararon partidarios de la causa del rey de España y enfrentaron a los
patriotas, siendo derrotados en 1
813 y tras ello la mayoría de los barí
abandonaron los poblados y regresaron a la selva. El obispo de Mérida quitó a
los capuchinos la jurisdicción sobre los cinco poblados que aún quedaban en
1817. Aunque con la excepción del poblado de El Pilar, todos los demás fueron
abandonados desde entonces, las relaciones entre barí y criollos fueron
pacíficas hasta 1882 cuando las tensiones con los hacendados provocaron
enfrentamientos que se agravaron desde 1885.
En 1905 el gobierno del general Rafael Reyes otorgó al
general Virgilio Barco la concesión para explotar petróleo, hulla y asfalto en
el territorio barí. Los capuchinos regresaron enviados por el gobierno de
Colombia desde 1910, y en 1914 un obispo visitó a los barí. Sin embargo los
conflictos se incrementaron debido a la expansión de las haciendas y la trata
de indios hacia las haciendas del Zulia y aún más por las exploraciones
petroleras y mineras, que los indígenas percibían como invasiones a lo profundo
de su territorio. A finales de la década del veinte los barí estaban en plena
guerra de resistencia.
La Concesión Barco fue cedida por la familia del general a
la empresa estadounidense Gulf Oil. En 1931 el contrato Chaux-Folson, entre el
gobierno colombiano y la compañía estipulaba:
El gobierno les
prestará a las compañías contratantes la protección debida para repeler la
hostilidad o los ataques de las tribus de motilones o salvajes que moran en las
regiones de que hacen parte los terrenos materia de este contrato, lo que hará
por medio de cuerpos de policía armada o de la fuerza pública cuando sea
necesario.
En contra lo dispuesto en este contrato se pronunciaron los
Consejos y Ligas de Indios de otros lugares de Colombia, cuyo líder Quintín
Lame escribió una carta a la Cámara de Representantes, protestando porque el
gobierno se compromete, a instancias de la Gulf, a atacar por la fuerza, con el
ejército y la policía a mis hermanos los indios motilones, que viven y tienen
sus labranzas en la región del Catatumbo."
La guerra entre los motilones y las petroleras, que duró 20
años, fue en extremo desigual. Flechas contra fusiles y aviones, de manera que
finalmente los indígenas cedieron dos terceras partes de su territorio a las
compañías y a la colonización.
Derrotados los barí, fueron las misiones católicas
(especialmente las misioneras de la Madre Laura) y evangélica (de Bruce Olson),
los vehículos de la pacificación y de su relacionamiento con las sociedades
colombiana y venezolana. En 1963, guiado por las concepciones del indigenismo,
el director de Asuntos Indígenas de Colombia inició una labor de protección del
territorio que aún era controlado por los barí y luego se han delimitado dos
Resguardos Indígenas donde se reconoce su propiedad colectiva: en 1981, el
Motilón- Barí de La Gabarra, en los Municipios de Teorama, Convención y El Carmen;
y en 1984, el Barí de Catalaura, en los Municipios de El Tarra y Tibú.
En el siglo XXI los barí están nuevamente amenazados por los
intereses de las empresas mineras en Venezuela, que aspiran a ampliar la
explotaciones de carbón y por las empresas petroleras que desde Colombia
desarrollan nuevas exploraciones y explotaciones en su territorio. Además han
sido afectados gravemente por la dispersión de cultivos de coca de los colonos
y por el conflicto armado que ocurre en Colombia.
vas del
río Catatumbo, a ambos lados de la frontera entre Colombia y Venezuela y habla
barí, un idioma de la familia lingüística chibchaamerindio que habita en las selvas del
río Catatumbo, a ambos lados de la front
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