Introducción:
Información personal:
Fallecimiento 737
Cangas de Onís, Asturias
Entierro Santa
Cueva de Covadonga
Predecesor Título
creado
Sucesor Favila
Familia
Casa real Astur-leonesa
Padre Duque Favila
Consorte Gaudiosa
Don Pelayo (f. Cangas de Onís, 737) fue el primer monarca
del
reino de Asturias, que rigió hasta su muerte. Su origen es controvertido,
aunque se le atribuyen los orígenes más variados. La Crónica Albeldense le hace
un noble godo («XV. ITEM ORDO GOTORUM OBETENSIUM REGUM. Primum in Asturias
Pelagius rg. in Canicas an. XVIIII. Iste, ut supra diximus, a Uittizzanc rege
de Toleto expulsus Asturias ingressus).a El testamento de Alfonso III, del año
869,1 en que el rey Magno dona al presbítero Sisnando la iglesia de Santa María
de Tenciana (Tiñana, Siero) que su tío Alfonso el Casto había ganado de las
propiedades pertenecientes a su bisabuelo Pelayo, vincula territorialmente a
Pelayo con el área central de Asturias, aunque sin aportar datos sobre su lugar
de origen.
La leyenda:
Según la leyenda, Pelayo era un
noble visigodo, hijo del duque Favila. Debido a las intrigas entre la nobleza
visigoda, el rey Witiza conspiró para asesinar a su padre. Pelayo huyó a
Asturias, donde tenía amigos o familia. Posteriormente, al sentirse inseguro en
el reino, marchó como peregrino a Jerusalén. Allí permaneció hasta la muerte de
Witiza y entronización de Rodrigo, del que era partidario. Con éste, ocupó el
cargo de conde de espatarios o de la guardia del rey y como tal combatió en la
batalla de Guadalete el 19 de Julio del año 711. Tras la batalla se refugió en
Toledo y, a la caída de la ciudad (714), mientras otros escapaban a Francia, él
volvió a Asturias, supuestamente a custodiar el tesoro del rey visigodo.
Munuza |
Las primeras incursiones árabes en el norte fueron las de
Muza entre los años 712 y 714. Entró en Asturias por el puerto de Tarna,
remontó el río Nalón y tomó Lucus Asturum (Santa María de Lugo de Llanera) y
luego Gijón, donde dejó a cargo al gobernador Munuza. Las familias dominantes
del resto de las ciudades aAsturianas capitularon y probablemente también la familia
de Pelayo.
En 718 tuvo lugar una primera rebelión encabezada por
Pelayo, que fracasó. Pelayo fue detenido y enviado a Córdoba. Sin embargo,
consiguió escapar y volver a Asturias, donde encabezó una segunda sublevación y
se refugió en las montañas de Covadonga y Cangas, donde se mantenía la
resistencia.
En 722 Munuza envió a un general, Al Qama, a someter a los
sublevados. Al Qama se dirigió hacia Bres (Piloña), donde se encontraba Pelayo.
Éste se dirigió huyendo hasta el monte Auseva, en el valle de Cangas y allí, en
Covadonga, aniquiló al
Montañas de Covadonga al fondo |
destacamento de Al Qama. Después de la batalla, el
gobernador militar al mando de la mitad norte de la enínsula Ibérica, Munuza,
que tenía como base Gigia (actual Gijón), intentó escapar de Asturias y
alcanzar la seguridad de sus posiciones en la meseta, pero fue dado alcance y
muerto junto con su séquito y sus tropas en un valle del centro de Asturias.
El posible origen astur de Pelayo:
Santa cueva lugar donde esta la tunba de Don Pelayo |
Las crónicas Albeldense y Rotense de la etapa final del Reino de Asturias (siglo IX) vinculan a Pelayo con la corte visigoda, al ser presuntamente éste un espatario (una especie de guardia personal) del último rey visigodo Don Rodrigo, aunque este dato ha sido cuestionado por algunos historiadores, especialmente a partir de la publicación de los trabajos de Abilio Barbero y Marcelo Vigil al respecto: resultaría paradójico que los astures, que se habían rebelado contra el dominio godo en tiempos del rey Wamba, aceptasen como caudillo en la nueva lucha contra los musulmanes a un aristócrata enemigo, perteneciente a un pueblo que tan sólo veinte años antes había sojuzgado a Asturias. Por otro lado, ni siquiera las regiones más romanizadas, como la Bética y la Tarraconense, opusieron una seria resistencia al colapso del reino visigótico, y la mayor parte de la aristocracia visigótica, representada por condes como Teodomiro o Casio, aceptó el nuevo dominio omeya a cambio de conservar su estatus. Incluso la viuda de Rodrigo, Egilona, fue tomada como esposa por uno de los jefes de los invasores, Abd al-Aziz, primer valí de Al-Ándalus.
Las primitivas crónicas asturianas, como la Albeldense, no
incluyen la genealogía de Pelayo, aunque sí lo declaran hijo del duque Faffila
—Favila— de ascendencia goda(?). Los primeros documentos que trazan un supuesto
árbol genealógico de Pelayo que lo haría descendiente de Chindasvinto (como la
Estoria General de España escrita por el rey Alfonso X el Sabio) son cinco
siglos posteriores a los hechos. En este sentido, la ideología neogoticista que
impregnó los reinados de los reyes de Asturias Alfonso II y Alfonso III hizo
desvirtuar progresivamente los orígenes del reino de Asturias: se pretendía
entroncar los orígenes del reino de Asturias con el estado visigótico, para de
esta manera legitimar las aspiraciones imperiales de los reyes de León y de
Castilla.
Don Pelayo en la batalla de Covadonga en una imagen del
siglo XII, folio 23 recto del manuscrito 2805 de la Biblioteca Nacional de
España. Se trata de una de las copias del Corpus pelagianum del obispo Pelayo
de Oviedo efectuada a partir de un prototipo (incluso en las miniaturas)
probablemente elaborado en el scriptorium de este obispo Pelayo. La insólita
corona responde a modelos de fines del siglo XI, del tipo que lleva el monarca
en el centro de las tablas lunares del manuscrito 17 del St. John’s College de
Oxford (ca. 1080-1100), como las del Liber testametorum.
De hecho, el antropónimo Pelayo no es germánico (como lo son
todos los nombres de los reyes visigodos), sino que deriva del griego πελάγιος
(marino), lo que apuntaría a un origen hispano-romano del personaje. Por lo
demás, dicho nombre de pila era usado con profusión por los habitantes del
noroeste de Hispania.
En cualquier caso, lo cierto es que las informaciones
proporcionadas tanto por las crónicas cristianas como por las islámicas lo
presentan como un personaje estrechamente vinculado a Asturias y que poseía
propiedades fundiarias en la región. De este modo, el testamento del rey
Alfonso III (recopilado por el padre Flórez en su España Sagrada) menciona que
Pelayo tenía tierras en Tiñana (Siero), no muy lejos de Lucus Asturum, una de
las ciudades más importantes de la Asturias romana y prerromana. Por su parte,
la Crónica Rotense señala que, tras su huida de Córdoba, Pelayo se refugió en
Argandenes (Piloña) en pleno corazón del territorio de los luggones
arganticaeni y cerca de su capital, Paelontium (Belonciu).
Rebelión y reconquista de Gegio (actual Gijón):
Gijón |
Piloña |
Tras la llegada en el año 714 de
la expedición de Muza a Asturias, el jefe bereber Mnuza o Munuza fue encargado
de las tropas y la administración de la mitad norte peninsular, asentándose al
frente de una guarnición musulmana en Gijón, mientras otras aseguraban el
territorio, y otras atacaban a los últimos restos de resistencia. Las familias
más importantes de la aristocracia astur, entre ellas la de Pelayo, enviaron
rehenes a Córdoba para garantizar la capitulación. Sin embargo, en tiempos del
valí Al Hurr (717–718) Pelayo retornó a las montañas de Asturias donde fue
elegido princeps o líder de los Astures según una de las crónicas. Tras unos
años de mutuo hostigamiento, durante el gobierno de Anbasa (722) Munuza envió
un destacamento de tropas al refugio de Pelayo en Piloña. El líder astur y sus
hombres se refugiaron en el Monte Auseva, donde esperaron a las tropas
musulmanas, mientras que Munuza ordenaba refuerzos desde la meseta para acabar
con la resistencia. Allí les tendieron una emboscada al destacamento musulmán,
el cual fue aniquilado. Esta acción bélica se conoce como
la Batalla de
Covadonga.Monte Auseva |
Cuentan las crónicas que, tras la
derrota de Covadonga, Munuza salió huyendo con sus fuerzas, probablemente por
temor a que la gente de Gijón se uniera a la revuelta, o por miedo a que las
tropas asturianas que habían derrotado a sus propias tropas le dieran alcance
en la ciudad. Tras abandonar la ciudad, Munuza intentó salir de Asturias por el
puerto de la Mesa, mientras que las tropas victoriosas de Covadonga hacían
marchas forzadas para cortarle la huida hacia la meseta, siendo Munuza y sus
tropas nuevamente derrotadas y muerto Munuza en Olalíes, actual concejo de
Santo Adriano. El caso es que Pelayo se apoderó de Gijón sin mayor esfuerzo,
una vez que las tropas musulmanas y Munuza habían intentado huir y habían sido
aniquiladas en el intento. Al divulgarse por tierras musulmanas la noticia de
la toma de Gijón, muchos cristianos se unieron al ejército de Pelayo. Teniendo
el reino de Asturias tuvo como primera capital Cangas de Onís y como segunda
Arriondas, para pasar a ser Oviedo la capital bajo el reinado de Alfonso II.
Como reseña de la importancia de la muerte de Munuza según esta versión,
destacar que era el general al mando de las tropas al norte de la península
Ibérica, y entonces su muerte, se podría considerar de trascendencia dentro del
organigrama militar musulmán.
Sin embargo otras crónicas
posteriores citan que Munuza consiguió escapar con vida y le sitúan con
bastante seguridad puesto a cargo de las tropas bereberes en las zonas
fronterizas y de igual geografía montañosa en los Pirineos orientales. Tratados
y enlace parecidos con el duque aquitano le llevarían a casar con la hija del
duque, tras lo cual y con la alianza del duque como resguardo se levantaría en
rebelión contra sus superiores árabes y en alianza con los francos, a la
búsqueda quizá de crearse un nicho de poder en el estratégico punto de los
Pirineos. Fue suprimido por las tropas del Emir en campaña de castigo y para
deshacer el peligro que esta posición hubiera supuesto para el al-Andalus
recién creado.
Batalla de Covadonga |
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