Introducción:
Los shata vájanas o śātavāhanas
fueron una antigua dinastía que gobernó sobre los territorios de lo que
actualmente son los estados indios de Andhra Pradesh, Majarastra, Madhia
Pradesh y Chattisgarh, a partir del año 230 a. C. aproximadamente. Se ignora con
exactitud en qué época se puede hablar del fin de esta dinastía, pero está
claro que después de 450 años los territorios gobernados por los shata vájanas
se habían dividido en una serie de estados sucesores. A esta dinastía se le
conoce por varios nombres, principalmente como andhras, andhra bhrityas, o
shata karnis, todos ellos mencionados en sus monedas, y también en los textos
Puranás. Son célebres por ser la primera dinastía india nativa en acuñar
monedas con los rostros de sus soberanos, costumbre que habían adoptado en
imitación de los gobernantes indogriegos del noroeste, así como también por las
contribuciones al arte budista bajo su reinado.
Orígenes y numismática:
La primera capital de los
shatavájanas fue la ciudad de Yunnar, que se encontraba cerca de la actual Pune
en el estado de Majarastra. Al parecer recibieron el nombre de andhras debido a
su ubicación meridional (en sánscrito, la palabra andhra significa ‘sur’), y
―según se cree― el moderno estado de Andhra Pradesh (‘provincia del sur’),
sobre el cual gobernaron por varios siglos, recibió su nombre de esta dinastía.
Los shatavájanas empezaron como feudatarios de la Dinastía mauria (del norte de
India) pero declararon su independencia tras la muerte del emperador Ashoka en
el 232 a. C.
Como se mencionó anteriormente,
fueron la primera dinastía nativa de la India en acuñar monedas con los rostros
de sus soberanos. Esta costumbre la inició el rey Vashishtiptra Shri Pulumavi,
quien gobernó el reino Satavájana entre 130 y 158 d. C.
Valle de yunnar |
Las monedas nos proporcionan
datos esenciales acerca de la cronología del reino, su idioma y sus rasgos
físicos (cabello rizado, orejas largas y labios gruesos). Sus monedas eran
principalmente de cobre y plomo. Sus monedas de plata por lo general eran
acuñadas sobre monedas de la dinastía de los sátrapas occidentales. Aparte de
los rostros de los reyes, otros símbolos tradicionales aparecen en sus monedas,
tales como elefantes, leones, caballos y estupas budistas. Sus monedas tenían
tanto inscripciones en prácrito como en telegú. Este bilingüismo de sus
inscripciones genera mucha especulación acerca de sus orígenes étnicos, pues
hay estudiosos que los hacen proceder de Majarastra (donde se hablaba una
lengua indoaria), mientras que otros los creen nativos de Andhra Pradesh (donde
se habla el telugu, una lengua drávida).
Los nombres de sus reyes revelan
la existencia de un matriarcado y con ello, condiciones de vida prearias (la
sociedad aria era fuertemente patriarcal, mientras que las sociedades de los
pueblos dravídicos tenían y todavía tienen en gran medida fuertes elementos
matriarcales, lo cual se refleja aún hoy en la situación de la mujer en el
norte y en el sur de la India en la actualidad). Por ejemplo uno de sus más
grandes reyes se llamaba Gautami-Putra Sata-Karni, es decir ‘orejas bellas,
hijo de Gautami (nombre femenino, lo cual muestra que entre los shatavájanas el
linaje se establecía entre ellos por vía materna, como entre los pueblos
dravídicos de la actualidad). Por otro lado fue esta dinastía la que introdujo
la cultura aria del norte en la India meridional. El sánscrito gozó de una
situación de superioridad y budistas y brahmanes hinduistas gozaban por igual
de la protección estatal.
Barco indio en una moneda de plomo de Vasisthi Putra Sri Pulamavi, |
Primeros gobernantes:
El primer rey independiente de la
dinastía fue Simuka, quien reinó desde el 230 a. C. hasta el 207 a. C. Durante
su reinado comenzó la expansión del reino en los estados de Majarastra y Madhia
Pradesh. Fue sucedido por su hermano Kanja (Krisna), quien reinó hasta el 189
a. C. y continuó la campaña de conquistas de su hermano tanto hacia el oeste
como hacia el sur. El sucesor de este Shatakarni I derrotó a la dinastía shunga
del norte de la India y llevó a cabo una serie de iagña (sacrificios védicos)
de enorme costo, entre ellos el ashwamedha (sacrificio del caballo). Para esta
época la dinastía estaba bien establecida con su capital en Pratisthana Pura
(en Majarastra) y su poder siendo hegemónico en la mayor parte de la India
centromeridional. Los Puranas mencionan a 30 gobernantes de esta dinastía,
muchos de los cuales son conocidos también a partir de sus monedas.
Conflictos con los shakas,
iavanas y pajlavas
El primer siglo de nuestra era
vio la incursión de los shakas (escitas de Asia Central) en la India, donde
dieron origen a la dinastía de los sátrapas occidentales. Después del reinado
del monarca satavájana Jala (entre el 20 y el 24 d. C.), hubo un periodo de
inestabilidad en el que en 12 años se sucedieron cuatro reyes en el trono del
reino Satavájana. Los sátrapas occidentales aprovecharon esta debilidad para
apoderarse de la región de Malwa (en el actual Madhia Pradesh) que era
territorio de los Satavájana, y la mantuvieron bajo su poder hasta que fue
reconquistada por el rey Gautamiputa Shatakarni (106-130 d. C.), tras su
victoria sobre el rey shaka Nahapana, con lo cual restauró el prestigio de su
dinastía. Además de ser famoso por su victoria sobre los shakas, también lo es
por su ferviente apoyo a la religión brahmánica y por su hostilidad a los
pueblos invasores (se autotitulaba destructor de los shakas, iavanas y
pajlavas; los iávanas eran los gobernantes grecomacedonios y los pajlavas eran
los partos). Su hijo y sucesor VashishtiPutra Pulumayi (130-158) fue como
dijimos anteriormente el primer rey indio nativo en emitir monedas con sus
retratos. El hermano de este, VashishtiPutra Shatakarni se casó con la hija de
RudraDharman I de los sátrapas occidentales, pero fue derrotado por su suegro
en el campo de batalla, lo cual tuvo un grave efecto sobre el poder y el
prestigio de los Satavájana. La dinastía se recuperó de esta derrota en tiempos
de Sri Iagñá Stakarni (170-199), quien logró recuperar algo del territorio que
había sido perdido ante ellos.
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