Introducción:
Los indígenas de Santiago del Estero son el conjunto de
etnias o pueblos amerindios autóctonos que habitan o habitaron el actual
territorio de la provincia argentina de Santiago del Estero. Su descubrimiento,
sometimiento y evangelización se inició con la Conquista Española a mediados
del siglo XVI.
Desde la prehistoria hasta la llegada de los españoles, se
sucedieron diferentes culturas a lo largo del territorio provincial. Estas se
caracterizaron por la elaboración de piezas de alfarería ricamente decoradas,
entre otros elementos.
En 1543 ingresó en la provincia la primera expedición
española que descubrió dichas tribus, bajo el mando del adelantado y
conquistador español, capitán Diego de Rojas. En esta incursión, los
conquistadores se enfrentaron con los aborígenes, ocasionando la muerte de
dicho capitán.
A medida que fueron llegando más españoles, encontraron
tierras densamente pobladas por grupos aborígenes, de procedencia, costumbres y
lenguas distintas. Sin embargo los confundieron entre sí y los designaron
genéricamente "Juríes". Este nombre proviene de xuri, voz quichua que
significa ñandú, denominación que les dieron a los nativos que vestían con una
especie de taparrabos de plumas de avestruz y que se desplazaban en verdaderas
"bandadas". Por ese motivo los españoles llamaron a la región
"Los Juríes", ignorando que los pueblos que allí habitaban eran
completamente distintos. Los tres grupos más importantes eran los Diaguitas,
los Lules y los Tonocotés.
Ubicacion de santiago del estereo |
Con respecto al número de aborígenes que habitaban el suelo
santiagueño, se considera que en 1583 habían cerca de 12 000 aborígenes en
Santiago del Estero y 270 000 en toda la Gobernación del Tucumán.
Durante los siglos XVII y XVIII los aborígenes fueron
pacificados y evangelizados mediante reducciones o entregados en encomiendas.
Sin embargo, y debido a la falta de controles, los abusos de los encomenderos
fueron numerosos y derivaron en la explotación de los indígenas de la región.
A lo largo del siglo XIX y principios del XX, las etnias
fueron combatidas y prácticamente exterminadas debido a diferentes factores,
entre ellos: la construcción de fortines de defensa contra los malones, la
colonización de la llanura chaqueña al margen este del río Salado, el
asentamiento de nuevas poblaciones por la llegada de inmigrantes y del
ferrocarril, las campañas militares para combatirlos y el progresivo desmonte y
destrucción de su hábitat natural.
A fines del siglo XX y principios del siglo XXI, se alzaron
voces tendientes a defender a los pueblos originarios, afirmando que el
sometimiento de sus pueblos por el español y su irracional explotación,
significó un exterminio. El Estado Nacional y el Provincial promulgaron leyes
que garantizan el respeto a su identidad y la protección de sus derechos.
Período precolombino:
Según el arqueólogo Rodolfo Raffino, la prehistoria de las
culturas del Noroeste argentino se divide en los períodos Precerámico (del 8000
a. C. al 400 a. C.) y período Agroalfarero. Este último a su vez se encuentra
subdividido en Temprano, Medio y Tardío, que va del 400 a. C. hasta la llegadade los incas a la región en 1470 o hasta la llegada de los
españoles en 1550.
Período Precerámico:
En el período Precerámico, los pobladores que habitaron la
región formaron pequeños grupos de cazadores-recolectores. El hombre se apropió
para su subsistencia de los seres vivos en estado natural. Los instrumentos de
esta época fueron trabajados a percusión sobre piedra para obtener filos
cortantes como cuchillos, raederas y fundamentalmente, puntas de proyectil.
Dentro de este período, se identificaron tres etapas:
Recolectores
Inferiores: recolectaban, frutos y miel.
Cazadores
Superiores: con puntas de proyectiles de 6 a 10 cm, lanceoladas, usadas con
lanzas, dardos o tiraderas.
Cazadores
Recolectores: se hallaron morteros, molinos planos, puntas de proyectiles
medianas, raederas, raspadores, perforadores, etc.;
Período Agroalfarero:
Durante este período, en Santiago del Estero se produjo un
proceso evolutivo durante el cual se sucedieron diferentes culturas, que se
diferencian claramente sobre la base de elementos contextuales, especialmente
los ceramológicos.En la provincia, se identificaron las siguientes culturas a
lo largo del período Agroalfarero
Etapa Temprana:
Cultura Las Mercedes: se desarrolló entre
el 400 a. C. y el 700 de nuestra era. Se difundió en las sierras de Sumampa y
Guasayán. La cerámica es de tonalidad gris negra si fue cocida en horno
cerrado, o bien de coloración rojiza si se la coció en atmósferas oxidantes
(Hornos abiertos). Las piezas pueden ser lisas, grabadas o pintadas de blanco
sobre fondo rojo o negro, con motivos geométricos.
Cultura La Candelaria: fue intrusiva en la
provincia y se desarrolló en parte de los departamentos Pellegrini, Jiménez,
Río Hondo, Robles y Banda y su cerámica presenta características similares a la
anterior.
Etapa Media:
Cultura de la candelaria |
Cultura Sunchituyoc: difundida entre el 700
y el 1400, se extendió por casi todo el territorio santiagueño y las provincias
limítrofes. La cerámica fue muy desarrollada ya que realizaban utensilios de
formas, tamaños y usos diversos. En la decoración pintaban motivos de búhos y
serpientes y otros animales además de motivos geométricos, como grecas y
líneas. También fabricaban pequeñas estatuillas con las formas mencionadas,
instrumentos musicales como flautas, silbatos y ocarinas, además de torteros,
que hablan del desarrollo de su tejeduría.
Etapa Tardía
Cultura Averías: se desarrolló
aproximadamente entre el 1200 y la llegada de los españoles (1550
aproximadamente). Se extendió por la llanura, algunas veces vinculadas con el
Sunchituyoj. En general los utensilios realizados eran similares a la cultura
anterior, aunque la variación residía en la coloración con colores más vivos en
rojo, negro y blanco y la decoración con motivos geométricos en forma de
espiral, greca, triángulos, líneas, círculos, etc. Se destacaban los motivos
con serpientes bicéfalas (dos cabezas). Se aplicaban técnicas de pastillaje
para adosar a las piezas de cerámica, figuras en relieve con formas de
animales, pájaros y seres humanos.
Teoría de la Civilización Chaco-Santiagueña:
Urna funeraria con la deidad antropo-ornito-ofídica. Museo de Ciencias Antropológicas "Emilio y Duncan Wagner |
Esta teoría fue formulada por los
investigadores franceses radicados en Santiago del Estero, Emilio y Duncan
Wagner. Según la misma, habría existido muchos siglos antes de la llegada de
los españoles una civilización mucho más avanzada que la que mostraban los
indígenas que los recibieron, e incluso a la de otras tribus del Chaco. La
denominaron el "Imperio de las llanuras". La investigación de los
hermanos Wagner quedó plasmada en la obra "La Civilización Chaco
Santiagueña", publicada en 1932.
Los descubrimientos arqueológicos
de los hermanos Wagner fueron realizados principalmente en la zona del río
Salado y consistieron en avenidas de construcciones tumuliformes. Las
excavaciones llevadas a cabo de esos montículos suministraron piezas de
alfarería ricamente decoradas. Entre las conclusiones de los mismos,
determinaron que los hombres de esa civilización eran caucásicos, tenían barba,
nariz aguileña y sus ojos algo horizontales. Eran sedentarios, pastores,
agricultores, tejedores habilidosos, alfareros y con una civilización avanzada.
Esta población habría existido antes de Cristo.
Conjunto de puntas de flecha, agujas, punzones, artefactos varios e instrumentos musicales. |
Los instrumentos musicales
hallados, de hueso y arcilla, demuestran que se trataba de un pueblo que
gustaba mucho de la música. Las fusaiolas encontradas indican que las mujeres
tejían sus finas telas de muchos colores. Los restos de estos antiguos
habitantes fueron encontrados en urnas funerarias. Rendían culto a la divinidad
trinitaria antropo-ornito-ofídica (hombre-pájaro-serpiente) y fabricaban
estatuillas de barro de estas para la adoración.
Hubo alguna exageración por parte
de los hermanos franceses al sostener que la Civilización Chaco Santiagueña era
milenaria, anterior al español y también al inca, aspecto que fue unánimemente
objetado. También sostuvieron que la civilización fue llevada desde las
llanuras hacia las montañas, cuando los investigadores de entonces proclamaban
lo contrario. Se les cuestionó la estrategia de divulgación y de aproximación
al mundo no especializado a través de periódicos. Es por esto que en lugar de
analizar y profundizar sus teorías, ciertos investigadores apuntaron a tratar
de lapidar a los Wagner y que se olvidaran sus descubrimientos.2 Sin embargo,
sus estudios sentaron las bases de las investigaciones y teorías que
posteriormente se formularon y demostraron a lo largo del siglo XX.
Siglo XVI
Descubrimiento de los indígenas:
Cuando los españoles llegaron a
la actual Provincia de Santiago del Estero, a mediados del siglo XVI, existían
en dicho territorio numerosas comunidades indígenas. Entre ellas, encontraron a
los lules, los vilelas, los tonocotés, los diaguitas, los abipones, los
mocovíes, los guaycurúes y los sanavirones. Estaban ubicados principalmente a
la vera de los dos principales ríos de la provincia, el Dulce y el Salado.
Con el nombre de Juríes
designaron a los indígenas que habitaban a lo largo del río Dulce o del Estero.
Este curso de agua fue más poblado que el Salado, donde había centenares de
aldeas a lo largo del río. Algunas eran hasta unifamiliar, mientras que otras
como las diaguitas o cacanas Soconcho y Manogasta, eran grandes y despertaron
pronto la codicia de los propios gobernadores, que tomaron esos pueblos en
encomiendas para sí.
Hacia 1582 la lengua general que
se hablaba era la diaguita, pero también las lenguas tonocoté, indamás,
sanavirona y comechingona.9 Cinco o seis pueblos del Dulce hablaban tonocoté y
el resto había aprendido el idioma del Cuzco, el quichua.10 Se sostuvo que el
traslado de la reducción de Matará al río Salado contribuyó a la confusión de
que se creyera que los tonocotés y los juríes eran la misma tribu.
Características de los indígenas del Chaco santiagueño:
Vestimenta femenina indígena elaborada con fibra de chaguar |
Los indígenas que habitaban el
Chaco santiagueño eran nómadas, se caracterizaban por cambiar continuamente de
lugar, no se asentaban ni echaban raíces en ningún territorio fijo, y sin que
estas migraciones afectaran o modificaran su estructura social. Es por esto que
el indígena no tenía un paraje que sintiera como suyo. Se dedicaban a la pesca,
la caza y la agricultura. Cuando levantaban la cosecha o se acababa la caza
emigraban a otras zonas.
Sin embargo, y no obstante su
condición de nómade, el aborigen defendió sus territorios a lo largo de los
siglos. Viéndose asediado, combatió a quienes osaban internarse en sus
regiones. Cuando atacaban el cacique iba al frente. Por lo general se lanzaba
una primera ola de combatientes y quedaba atrás una pequeña reserva para ser
utilizada donde fuera necesario. Eran valerosos, un adversario de cuidado;
enfrentaron primero al conquistador español y luego al soldado argentino. Lo
hacían con flechas, boleadoras y lanzas y posteriormente con espada, arcabuz,
mosquete y por último con fusil. Si eran vencidos, se desbandaban y se perdían
en el bosque, que conocían muy bien y donde eran difícil seguirlos. Luego se
reagrupaban.
Cada tanto cuando sufrían hambre,
los indígenas cruzaban el río Salado y asolaban las localidades ribereñas,
robaban bienes, cosechas y animales, incendiaban, secuestraban mujeres y niños
o mataban; cometían toda clase de atrocidades y depredaciones. Cuando atacaban
en malón, como conocían el terreno y su velocidad para desplazarse, el daño que
infligían era muy grande.
Los aborígenes enterraban a sus muertos en urnas de gran tamaño (entierro directo o primario) |
El hombre procuraba el sustento
de los suyos, dedicándose a la caza. El indígena hábil cazaba el avestruz con
un solo tiro de boleadoras, al que previamente se le acercaba muy lentamente
arrastrándose entre los pastizales. A las aves asentadas en los árboles, las
cazaba con flechas. Al puma lo enfrentaba con su lanza y el cuchillo. En los
bañados se sumergía camuflado con camalote y cazaba a los patos agarrándolos de
las patas. La pesca era efectuada a flechazos o lanzazos.
La indígena de la región chaqueña
era más agraciada que las patagónicas. Tejían prendas, fabricaban las redes
para la pesca, las hamacas, los bolsos para acarrear a sus hijos pequeños,
lavaban la ropa, cocinaban, fabricaban las piezas de alfarería, transportaban
los toldos, etc.
Los aborígenes fueron monógamos,
pero esta situación se alteraba cuando mujeres blancas raptadas eran llevadas a
la tribu. Las mujeres blancas también engendraban hijos de los indígenas, y
luego estos crecían sin distingos del origen de su madre.3
Su religión era dualista, creían
que existía un espíritu bueno y otro malo.
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