Introducción:
Los taironas/tayronas son un
grupo indígena que habita en los departamentos colombianos de Magdalena,
Guajira y del Cesar, en las faldas de la Sierra Nevada de Santa Marta,
incluyendo las cuencas de los ríos Guachaca, Don Diego, Buritaca y la zona baja
costera comprendida dentro del Parque nacional natural Tayrona.
Se trata de un grupo de filiación
chibcha.1 Se presume que el nombre tairona pueda estar relacionado con los
términos teyuna y teiruna, que se han encontrado en varias lenguas de los
pueblos indígenas que aún sobreviven en la sierra de Santa Marta, todos ellos
de filiación arhuácica-magdalénica. Entre estos pueblos se encuentran los
kogui, que presumiblemente puedan ser descendientes de los tairona.2 Sobre la
lengua de los kogui, se sugiere que hay cierto parentesco con la antigua lengua
de los tairona,3 en la actualidad aún hay cerca de 7 mil hablantes de
kogui-tairona.
Historia de los Taironas:
Se descubrió la ciudad fundada
por los taironas en el año 800 y habitada hasta el 1600, hoy conocida como
Ciudad Perdida. Poco más se sabe hasta ahora de su historia. Esta sociedad se
encontraba organizada en unidades políticas de varias dimensiones que ejercían
control sobre distintos territorios en el macizo montañoso, desde el mar Caribe
hasta las cumbres del Gonavindua (pico Simón Bolívar) y el Aloglue (pico
Cristóbal Colón). La población era independiente y estaba dirigida por su
propio cacique, con distintas alianzas y enemistades entre ellos.
El primer contacto con los
conquistadores españoles se dio en 1498 con la llegada de Fernando González de
Oviedo, con quien los caciques de la zona establecieron relaciones comerciales.
En 1525, con la fundación de la ciudad de Santa Marta por Rodrigo de Bastidas,
los españoles intentaron establecer una presencia más fuerte en la zona, dando
inicio a la empresa colonial española en esta parte del continente
sudamericano. Entre 1525 y 1599, las relaciones entre los pueblos indígenas de
la zona (que incluían además de a los tairona a los guanebucán, los malibúes,
los guajiros, los kosina, y los chimila entre otros) y los colonos españoles se
caracterizaron por su inestabilidad: intensos periodos de conflicto y guerra en
los que se intentaba dominar a los habitantes eran seguidos por años de calma
tensa en las que los españoles se veían forzados a establecer relaciones
pacíficas con las distintas comunidades.
Bastón tairona en piedra, 1550 - 1600 d.C. |
Durante este tiempo, los tairona
quemaron Santa Marta varias veces, conquistaron el fuerte español de Bon hida,
establecieron relaciones comerciales con piratas ingleses y franceses, y en
general, consiguieron limitar el crecimiento de la colonia española. Entre 1599
y 1600, el gobernador de Santa Marta, Juan Guiral Velón, emprendió una intensa
campaña militar para sojuzgar a estas poblaciones. Un intento fallido de
alianza entre los distintos poblados dio pie para que el gobernador pudiera
capturar a los caciques uno a uno, cortándoles la cabeza y descuartizándolos.
Los pobladores que no lograron escapar fueron llevados a los alrededores de
Santa Marta y entregados a encomenderos. Los sobrevivientes se internaron en
las partes más altas del macizo para escapar a los españoles, y sus
descendientes son los Koguis, que han permanecido aislados hasta ahora.
Se estima que en la actualidad
sus descendientes "puros" suman 50.000 personas, mientras que los
mestizos y zambos con sangre tairona suman varios millones de personas,
principalmente en la costa caribeña de Colombia (1,5 a 2 millones en la Sierra
Nevada).
Orfebrería:
Colgante antropomorfo Tayrona,
representando un chamán con dos cetros, un gran ornamento nasal y un sombrero
alto con dos tucanes. Fabricado con la técnica de la cera perdida con
decoración afiligranada falsa, entre el siglo X y el XV.
En el área de la orfebrería los
taironas tenían un papel principal, pues desarrollaron bastantes técnicas como:
La cera perdida, que consistía en hacer
moldes de barro rodeando una figura de cera, que se derretía después de
calentar el empaque de barro. Luego de sacar la cera derretida, el orfebre
vertía el oro líquido en el espacio dejado por la figura de cera,
posteriormente esperaba a que se solidificara y rompía el molde para sacar la
figura deseada.
La tumbaga, una aleación de cobre y oro que
permitía ahorrar recursos y derretir más fácilmente el oro.
Tratamientos para mejorar la calidad del
oro, como calentarlo hasta la oxidación del cobre y luego sumergirlo en agua
helada para conseguir una pátina permanente de oro y evitar que la pieza se
cuartease. Finalmente el proceso terminaba con el lijado de la pieza hasta que
llegara a la perfección.
Se cree que varias de estas
técnicas fueron desarrolladas por los muiscas y exportadas al pueblo tairona.
A
su vez, a estos también se les considera exportadores de técnicas de orfebrería
e hilados: mientras la mayoría de las primeras obras muiscas parecen toscas y
mal terminadas (aun cuando la calidad del oro es superior), las taironas son
técnicamente perfectas.
La técnica de la cera perdida mejoraba la estética de
las obras, por lo que los muiscas prácticamente abandonaron el método del
repujado directo, que además de inexacto le restaba vida útil a la pieza (por
el riesgo de cuartearse), y que también restringía las obras a láminas, ya que
repujar sobre el oro bruto es casi imposible. A su vez, los taironas, al
aprender métodos como la inmersión de la pieza en agua, mejoraron
sustancialmente la calidad del material y la belleza del ornamento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario