Porque así me lo propusieron estos 830.000 habitantes hablar
en un alengua Maa o Suajil, que es una lengua neolítica aunque algunos de estos
masáis nos podríamos entendernos correctamente en inglés.
Vamos hacer ahora también para comprender esta historia otro
ejercicio de empatía, y nos vamos ir
moviendo por la sabana entre Kenia Y Tanzania que es donde habita esta tribu nómada.
Os voy a pedir una cosa que imaginemos por unas horas que vivimos
en un asentamiento "Masáis",
tal como ellos lo construyen, este pueblo indígena que no quiere perder sus orígenes,
ni su libertad y como dicen ellos, "no queremos pedir" solo" que nos dejen morir y
vivir por lo que amamos, nuestra tierra y nuestro ganado.
Lo primero que haremos será construirnos nuestro propio
asentamiento que se llamara "Mayattas" y nuestra propia choza.
Porque así es como empezaremos nuestra aventura al lado de
la montaña sagrada Oldoinyo.
Para empezar lo que será nuestra vivienda (choza), haremos
unos ladrillos que los amasaremos con excremento
de animal, paja, y barro que los impermeabilizará y los enducera, las paredes
interiores las alisaremos y luego las ahumaremos, una vez construida, la historia la seguiré escribiendo desde aquí
pero solo dispondremos de unos pequeños tragaluz a modo de ventana ( como veis
hay que agudizar bien la vista y el oído para entender su idioma y transmitiros
sus sentimientos y modo de vida monada también alrededor del asentamiento
tendremos el ganado a nuestra lado.

Yo le pregunto cómo además de las reuniones de ancianos para
decidir sobre asuntos que les confieren como rigen su tiempo, y este gran sabio
Masái me dice el secreto que son dos se rigen por la salida y el ocaso del sol,
otra (que no veremos nosotros porque no nos quedaremos allí), por el cambio de
estación que es otra forma de ver correr el tiempo pues así lo hicieron sus
antepasados y ellos lo siguen haciendo asi.
Me dejo envolver por la historia cargada de sentimientos,
que me los va transmitiendo este viejo sabio este anciano que tuvo que ver como
corrió el tiempo en este apacible lugar de la sabana.
Hace un calor insoportable dentro de la choza y nos
trasladamos al exterior donde seguimos la conversación, yo contemplo la llanura
que tengo ante mis ojos el gran valle del rit (entre Kenia y Tanzania); este masái me explica como durante siglos conservan sus
señas de identidad su vida nómada y el cuidado
de sus rebaños de vacuno, cabras, y ovejas y que algunas veces recorren grandes
distancias en busca de pastos verdes y agua, otras lo sacan de la planta del
Oldoinyo, como la que me ofrecen a mí que esta riquísima cosa sorprendente como
le dijo a este viejo Masái.
Este curtido anciano junto a un nutrido grupo de jóvenes de
la tribu le miran y aprueban cada una de sus palabras pues saben que ahí está
la sabiduría y el testimonio la sabiduría suya
y la de sus ancestros como algún día ellos, los jóvenes tendrán la oportunidad
de gozar de tal sabiduría.
Con una cadencia que me contagia nos dice la importancia del
ganado para los Masai (este es sagrado), el rol de cada Masai se mide por la
cantidad de animales e hijos que tenga
de hecho un hombre con 50 cabezas de ganado es pobre, los hijos son
fundamentales pues junto a las mujeres que pose suelen ser (polígamos), aspiran
a acumular un rebaño que llegue a los
1.000 ejemplares así su rol dentro de la comunidad variara. El masái
tiene mucho cariño a sus animales llegando a estar muy unidos a ellos,
conocen cada mugido y su carácter, al ganado lo marcan con unas largas curvas e
intercanbian dibujos que relazan su belleza.


Estamos un poco nerviosos nos reciben con susurros de
muzungu nos explican que es por nuestra condición de blancos. Nos sentamos
alrededor de una hoguera junto al chairman, nos va contando un poco más de su
pueblo nos dice que la lengua Maa significa "no quiero pedir" solos así,
nos encontramos ante silencio roto solo por la voz de John (uno de los jóvenes
que conocimos), que va traduciendo toda la conversación.
Y las palabras de viejo guerrero va impregnando la noche
sentados al pie de otra hoguera, los animales mugian a lo lejos todo era magia,
era mística puesta en los labios de este Masái ,el humo de la hoguera se
mezclaba con el ambiente rodeándola de noche mágica. Más tarde el jefe nos dice
que Enkai (dios que se manifiesta como montaña, rio, o luna), estuvo presente
mientras lo escuchábamos.
Con motivo de la visita y al día siguiente de estar con el
chairman nos esperan otras celebraciones y nuevos conocimientos de estos indígenas
que iremos conociendo.

Una vez adulto a la edad de los 16 años son sometidos a la
circuncisión por lo cual se convierten en guerreros durante años compartirán
muchas facetas de su vida con sus compañeros de ritual, son los llamados grupos
de edad que es el pilar básico de la sociedad Masai, estos jóvenes guerreros antiguamente
desempeñaban la defensa del territorio, y hoy solo se dedican a las tareas del pastoreo
(de niños solo lo vigilaban).

A lo largo de su vida antes de llegar a guerreros tienen que
pasar además de la circuncisión por otras pruebas de coraje a los cuatro años
se le extrae un diente incisivo de la arcada inferior, a los diez se le marca
con un hierro candente en el muslo nunca puede manifestar dolor.
A medida que los guerreros van creciendo van pasando los siguientes
status sociales, desplazando a los del
grupo de edad procedentes hacia un status mayor, cada aumento de status
(siempre por grupo), va ofreciendo a los jóvenes más derechos y prerrogativas,
pueden fumar o casarse (fuera del clan familiar), y pesan más sus opiniones en
la sociedad. Esta característica culmina cuando un grupo pasa a considerarse
<< ancianos>> y serán ellos los que tomen las decisiones importantes
igualatoriamente y en consejo.
El matrimonio Masai:

Hoy en dio este pueblo se enfrenta a constantes amenazas por
los gobiernos e Kenia y Tanzania son presionados para que abandonen la gran
sabana las llanuras del valle de Rift, en Tanzania fueron desplazados por los
gobiernos de las tierras fértiles entre el monte Yeru y el monte Kilimanjaro y
de la mayoría de las tierras altas y fértiles de Ngorongoro han reclamado el
derecho al pastoreo en mocho de los parques nacionales de ambos países.

