Introducción:
Fulani:
Población total ~40 millones
Idioma fufulde (pular)
Religión Islam
Etnias relacionadas Pueblos senegambianos
Los fulani (también llamados
fula, peul, fulbe) son el pueblo nómada más grande del mundo, cuyo origen es
desconocido. Viven en África occidental, la mayoría en el Sahel, donde, junto
con los hausa, suman alrededor de 40 millones. Se encuentran en Malí, Guinea,
Camerún, Senegal, Níger, Burkina Faso, Guinea-Bissau, Benín y en número menor
en Ghana, Mauritania, Sierra Leona, Togo y Chad. Hablan fulfulde (pular) y
estuvieron entre los primeros grupos africanos que abrazaron el islam.
Etimología:
Los fulani son uno de los pueblos
que más denominaciones recibe. Se autodenomina fulbe (en singular: pullo o
foulah), aunque está difundido el nombre fulani con que le apelan los hausa y
los pueblos del Sáhara, así como los exploradores y etnógrafos de habla
inglesa. También es frecuente la denominación fulbe que les dan los mandé y la
de peul que le han dado los wólof, la cual adoptaron los exploradores y
etnógrafos de habla francesa.
Características físicas:
Los fulani, pese a ser
clasificados en el complejo de pueblos sudaneses, no comparten demasiadas
características físicas con éstos. Generalmente, su piel es color caoba claro,
su complexión espigada, la nariz recta o aguileña (jamás achatada), los ojos almendrados
y el pelo fino, no tan crespo como las tribus vecinas.
Origen:
Se han planteado muchas hipótesis
acerca del origen de esta etnia. Debido a las citadas características físicas,
además de por las manifestaciones artísticas, estamos hablando de un pueblo
eminentemente mestizo. Muchos han planteado la hipótesis de que los fulani
procedan de fuera del continente africano. Algunos los sitúan en el sur del
Cáucaso, otros, en la zona de la actual Yemen.
Sin embargo, los fulani poseen
una lengua clasificada dentro del grupo lingüístico Níger-Congo —aunque otros
les englobarían en el grupo afro-asiático junto con lenguas más cercanas a
ellos, como el hausa o el bereber. Así pues, muchos situarían sus orígenes en
las orillas del Nilo; otros opinan que este pueblo es el resultado de un
mestizaje entre pueblos sudaneses y nómadas del Sáhara.
Otros se reafirman nuevamente en
su teoría de que vienen de fuera de África, argumentando que adoptaron una
nueva lengua al llegar a las tierras del Fouta Djallon, posiblemente de los
autóctonos de esas tierras.
Aun así, ninguna de estas hipótesis llega a ser
concluyente. Además, esta etnia se ha ido mezclando con los pueblos que había a
su alrededor, lo que dificulta más aún elaborar una hipótesis. Socialmente,
para un africano tener un antepasado fulani suele ser sinónimo de distinción e
incluso de prestigio.
Los primeros datos acerca de los
fulani se remontan al siglo IX, cuando vivían entre la curva del río Níger y la
cuenca del Volta Negro. A principios del siglo XII, a causa de la presión
islámica (religión que entonces rechazaban) huyeron hacia distintas zonas,
dispersándose así por toda África Occidental, pero sus mayores focos fueron el
macizo de Fouta Djallon, el Valle del Senegal, Macina y la zona que
correspondería al actual norte de Nigeria.
Durante los siguientes dos siglos
estuvieron bajo dominio del Imperio de Malí, hasta que comenzara la rivalidad
de este imperio con el naciente Imperio Songhai. Así pues, los fulani,
liderados por Tenguela I, consiguieron la autonomía del Estado de Bundu
(localizado en la actual Senegambia), la cual les duró poco, puesto que el
Imperio Songhai tuvo tanta influencia que extendió su poder hasta aquellas
latitudes, sometiendo así a todos los pueblos conquistados.
A finales del siglo XV se
reagruparon de nuevo en el Fouta Djallon, con capital en Timbo, acaudillados por
Koli Tenguela, hijo del anterior, el cual creó la dinastía de los Siratigui y
se acabó convirtiendo al Islam. A partir del siglo XVII, extendieron su
territorio por zonas limítrofes al Fouta Djallon y por el Macina, enfrentándose
así con las poblaciones autóctonas de dichas tierras.
Durante los siglos XV y XVII,
prácticamente todos los fulani se habían convertido al Islam, más concretamente
a un movimiento religioso llamado Kadiriya, siendo así la primera etnia
saheliana en abrazar esta religión. Sólo durante aquellos siglos llegaron a
convivir pacíficamente con los hausas en las tierras del actual norte de
Nigeria, a los cuales les servían como consejeros religiosos.
En Macina, durante el siglo
XVIII, se fundó otro reino fulani, con capital en Hamdallayi, cuya figura
estelar fue cheikú Amadú, también conocido como Emir de los creyentes.
Sin duda alguna, el suceso
histórico más importante protagonizado por los fulani o peul fue la Yihad
fulani, una campaña militar que libraron contra sus vecinos hausas. Había
problemas entre ambos debido a que los hausas tenían poca convicción en el
Islam, llegando a mezclar ritos musulmanes con prácticas animistas. Los fulani
eran mucho más devotos, es más, tenían una figura llamada Usman Dan Fodio. Éste
atraía a muchos creyentes que observaban escandalizados las prácticas de los
jefes hausas y que admiraban el misticismo religioso de Dan Fodio. Serían estos
fieles los que nombrarían Comandante de los Creyentes y le acompañarían el 21
de febrero de 1804 en su viaje de Gobir a Gudu, y, rememorando esta semblanza
con la héjira musulmana, declaró la yihad rebelándose contra los hausa. A la
revuelta se unieron súbditos de los hausa que odiaban a estos reyes, así como
fulani nómadas no musulmanes (en el bando de los hausa). Aun así, la yijad
produjo una alta conciencia islámica en el norte del Camerún y sirvió de factor
unificador para los hausa y los fulani.
Hacia 1810, los fulani
conquistaron el país hausa, extendiendo así la yihad hacia el este, lo que
desembocaría en un imperio creado por Usman Dan Fodio y que se extendía en toda
la zona saheliana comprendida entre Camerún y el Macina, albergando su capial en
Sokoto. De ahí que se conociera con el nombre de califato de Sokoto. Puso en
práctica así su teoría política, con cuatro visires con funciones claramente
diferenciadas.
Para garantizar una mejor
administración del Imperio, Usman lo dividió en dos partes. La oriental, se la
entregó a su hijo Bello, y la occidental, a su hijo Abdallah. La unidad
imperial se fue debilitando con el tiempo, y, en 1860 ya no quedaba ningún
vestigio de esta unidad. La desaparición de este reino consagraría la
dispersión de los fulani.
Modo de vida:
Economía:
Básicamente nómada y pastoril, la
riqueza se encuentra en el número de ganado que uno tenga. Crían bueyes, vacas,
cabras, ovejas... Parte de los productos que elaboran son comercializados.
Tradicionalmente, intercambiaban carne y leche por especias y frutas con otros
pueblos. Actualmente, los fulani pueden llegar a comercializar a gran escala
sus productos (lácteos principalmente), algunos hasta pueden llegan a
exportarlos a otros países africanos; lo que demuestra que tienen un sistema
productivo muy eficiente, que ha servido de ejemplo incluso para algunas
multinacionales occidentales.
El jefe de la familia decide el
nivel de producción de leche y su destino, mientras que las mujeres deciden
cuánto de la leche destinada a ellas (la que no vaya destinada a ellas, será
para alimentar a las crías del ganado) se guardará para el autoconsumo y cuánta
se venderá. Las mujeres jamás suelen vender la leche fresca; previamente la
procesan:
En temporada húmeda: Primero,
hacen la mantequilla, y, con la leche desnatada sobrante hacen un líquido
llamado nono (mezcla de leche, azúcar, y un gran molido llamado fura). Además,
preparan un queso tierno que cortan en cubos y fríen.
En temporada seca: Al nono se le
añade agua y kuka, que es el ácido que se encuentra en la fruta del baobab, muy
rica en vitamina C.
No hay comentarios:
Publicar un comentario