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viernes, 14 de noviembre de 2014

Dinastías Y Civilizaciones Relatos Cortos: Relato Diecisiete (Los Voladores).........



Introducción:

Periodo proclasico, vemos unos hombres volar colgados y sujetados por unas cuerdas, colgados del mástil de un poste. Son cuatro y el caporal  los que danzan están  a 20 metros de altura, hacen piruetas en el aire, suben y bajan para el deleite de los espectadores. Su vestimenta tiñe el cielo de color, la muchedumbre les agradece su exhibición, les aplauden. A una orden de trompeta del mayoral van descendiendo suavemente sus rostros reflejan alegría por la exhibición bien hecha, van dando la mano a los presentes de una plaza de México (también viajan a otros lugares). Ellos son los voladores aztecas los Papantla todo forma parte de una ceremonia religiosa,  un ritual en Mesoamérica y también en Guatemala.

La cultura inmaterial:

Sus orígenes se remontan al periodo proclasico medio mesoamericano, se han encontrado representaciones de este ritual en la cerámica funeraria de las culturas de occidente (Colionas, Jalisco, y Mayarit). Posteriormente paso a otros pueblos, muy probablemente relacionada con el sacrificio gladiatorio y los cultos a la fertilidad. En la actualidad sobrevive entre los Nahuas, y los Totonacos de la sierra norte de Puebla y el Totonacapan.

Los cuatro danzantes representan a los cuatro puntos cardinales y el caporal que es el que dirige el culto, también se observaron en México con dos danzantes. La fertilidad se representa mediante el descenso de los danzantes que simboliza la caída de la lluvia.

La celebración se acompaña de danzas y música se utiliza un gran palo (20 metros palo volador), en este se ajustan varias piezas una pequeña base de madera, una cruz, un pivote (denominado también manzana), que unirá y posibilitara el giro y una escalera unida al palo. En los extremos de la cruz se colocan cuerdas que sujetan a los danzantes simbolizando a los puntos cardinales, y en el  centro del poste se coloca el caporal que toca un tambor y una flauta y coordina el ritual.

Cada señal que el caporal hace es un tipo de acrobacia, en una de ellas cada danzante volador salta al vacío sujetado por la cintura bocabajo y afianzándose con las piernas gira 13 veces, cada una de ellas simulando descender por los 13 cielos del dios sol, que multiplicado por los cuatro voladores da el resultado de 52 ya que este número es el símbolo del ciclo del calendario indígena o xiuhmolpillo.

El ritual finaliza cuando los participantes empiezan a abrir el círculo hasta tocar el suelo. Si los espectadores aplauden alguno de la voladora dobla las piernas y se toca los pies con las manos siendo esta una maniobra muy difícil que solo suele durar unos segundos.



Actualidad:

 
Las danzas indígenas trataron de ser prohibidas por los misioneros españoles en América, por lo que la permanencia de esta tradición se limita grupos nahuas y totonacos de la Sierra Norte de Puebla y el Totonacapan veracruzano, siendo bastante popular y difundido en Papantla, Veracruz, por lo que a los voladores se les conoce como “Voladores de Papantla”. Algunos grupos de indígenas de esas regiones se han trasladado a diversos puntos de la República Mexicana, como el Museo Nacional de Antropología en la Ciudad de México y el parque eco-arqueológico Xcaret en Quintana Roo, donde hacen una breve representación del ritual indígena.
 
La danza del Volador es conocida en Papantla como “Vuelo de los muertos” o Kos'niin y la danza Hua-hua como “Guacamaya” o Lakka.


 A la danza se han incorporado elementos occidentales y modernos como la utilización de espejos en los trajes, los cuales no eran conocidos en la era prehispánica. También se elaboran palos de metal en vez de madera y el palo del árbol ya no es llevado sin tocar el suelo, cargado por toda la comunidad, sino que usan vehículos de combustión interna para el arrastre. La introducción de estos elementos ha sido valorada como negativa para la tradición, además de que la danza ha adquirido características de Circo, pues ha sido comercializada como espectáculo, y para ello se ha buscado mayor atractivo visual, realizándola en un palo más alto superando el número de 13 vueltas, lo que rompe con el carácter sagrado de la tradición. Ante este escenario varios danzantes se agruparon en una Unión de Danzantes y Voladores con el fin de preservar la tradición original. Por otra parte, esta danza ha sido juzgada como un “juego” prehispánico, siendo que es un ritual sin carácter lúdico.







Esta danza también se practica en Guatemala, en el departamento del Quiché, en Chichicastenango y Joyabaj, entre otros.2 Se realiza durante las actividades de celebración de los patrones de dichos municipios, para lo cual, cuentan con el elemento principal que es el "palo" frente al Templo Católico y se ubica permanentemente en ese sitio, hasta que es utilizado cada año.
  
 
Historia:

 
El ritual de los voladores de Papantla inició como una ceremonia en la época prehispánica, que tenía que ver con un rito orientado a pedir lluvia debido a un periodo largo de sequía, el rito en aquellos tiempos no se iniciaba aventándose al vacío, si no con la selección del “palo volador” se internaban en busca del más alto, se danzaba en torno a él y se realizaba toda una serie de pasos para llevarlo al lugar en donde lo colocarían, un dato curioso es que las mujeres tenían prohibido tocarlo ya que era una señal de mal augurio. Actualmente se ha generalizado al empleo de postes de acero con pequeños peldaños metálicos, conservándose únicamente de madera el bastidor y el tecomate. La altura varía de un palo a otro: el que se encuentra en la explanada de la iglesia de Papantla mide aproximadamente 37 m; el localizado en El Tajín tiene casi 27 m; y el del Museo Nacional de Antropología de la ciudad de México alcanza los 25 m.



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