Introdución:
Gente "bravía" los Tehuelches (de mpumndugun
Chevel Mapunndugun o tal vez una de las étnias Tehuelches llamadas Teushen más
la palabra Mapundun Che (gente, pueblo), o patagones son los nombres genéricos
dados a un conjunto de pueblos amerindios en américa del sur.
Diversos especialistas misioneros y viajeros han realizado
propuestas para agruparlos teniendo en cuenta las similitud de sus rasgos
culturales, su cercanía geográfica, y sus lenguas aunque entre ellos se
hablaban lenguas que no siempre estaban emparentadas entre si , su distribución
geográfica era extensa.
Así es como podríamos presentar a esta etnia histórica que
tras el proceso histórico de casi completa extinción de estos pueblos el término
Tehuelche paso a referenciar a los supervivientes de la rama continental
Austral del grupo, ubicados en las provincias de Santa Cruz, Chbut, y rio Negro
de Argentina.
Y vayamos con su historia:
Antes del descubrimiento de América hace 900 años surgió la
industria tóldense caracterizada por puntas de proyectil subtriangulares bifaciales
y raspadores laterales, terminales, cuchillos bifaciales y herramientas de
hueso. Más tarde entre los 7000 y 4000 años aparece la industria casapedrense,
cacterizada por una mayor proporción de instrumentos líticos sobre laminas confeccionadas probablemente como una muestra de la
especialización en la caza del guanaco, lo cual también está presente en los
desarrollos culturales posteriores de los tehuelches.
Desde ese momento y hasta la llegada de los europeos
(inicios del siglo XVI) los tehuelches poseían un modo de vida
cazador-recolector en el que hacían uso de una movilidad estacional,
desplazándose en pos de las manadas de guanacos; durante los inviernos se
encontraban en las zonas bajas (vegas, mallines, costas, orillas de los lagos,
etc.) y durante el verano ascendían a las mesetas centrales de la Patagonia o a
la cordillera de los Andes en donde tenían entre otros sitios sagrados el cerro
Chaltén.
La Llegada de los
españoles:
El 31 de marzo de 1520 la expedición española al mando de
Fernando de Magallanes desembarcó en la bahía San Julián para pasar el invierno
allí, en donde tomó contacto con los indios tehuelches, a quienes denominaron
como patagones, lo que fue relatado por el escribano Antonio Pigafetta. Así es
como Pigaffetta describió a los mismos patagones como una mítica tribu de
Patagones gigantes.
En efecto, aún antes de encontrarse personalmente con ellos,
aquellos exploradores quedaron asombrados por las huellas de sus pies.
Ampliadas por las pieles que les servían de calzado, pies de suyo mucho más
grandes que los de los europeos de entonces -para el siglo XVI la talla media
de los europeos era mucho más baja que la actual, mientras que los patagones
llegaban a medir 2 m (6 pies 7 pulg) los varones tenían una talla promedio
superior a 2 m (6 pies 7 pulg)- por lo que les consideraron patones (de pies
grandes); y les evocaron al gigante Pathoagón de la novela de caballería
Primaleón.15 De estructura craneal dolicocéfala como otros pámpidos, llegaron a
ser famosos en la literatura europea de los siglos XVI a XIX por su gran
estatura y fuerza física.
Corresponde tener muy en cuenta que entre los siglos XVI a
XVIII el topónimo Patagonia era dado a todo el territorio desde el sur del
estuario del río de la Plata. Esto refuerza la hipótesis de antropólogos como
Rodolfo Casamiquela, según la cual los "het" de Falkner eran también
patagones.
La llegada de los españoles implicó un conjunto de cambios
en la cultura de los pueblos originarios y los tehuelches no fueron ajenos a
eso; se desataron entre ellos pestes (sarampión, viruela, gripe) que los
diezmaron, particularmente a los septentrionales gennakenk.
Invasión de los mapuches:
Durante los siglos XVII y XVIII comenzó además la
penetración de los mapuches o araucanos al este de los Andes, con fines de
comercio y alianzas, que conllevó una gran influencia cultural sobre los
tehuelches y otros pueblos, al punto que se la denomina
"araucanización" de las Pampas y la Patagonia. Buena parte de los tehuelches
adoptó muchas de las costumbres y lengua mapuches, mientras los mapuches
adoptaban parte del modo de vida tehuelche y con ello se difuminaron las
diferencias entre ambos grupos, al punto que sus descendientes se refieren a sí
mismos como mapuche-tehuelches.[cita requerida]
Cabe mencionar los nombres de los caciques tehuelches
Cacapol y su hijo Cangapol que durante la primera mitad del siglo XVIII eran
los jefes más importantes de la región, que se extendía desde la Cordillera de
los Andes hasta el océano Atlántico, y desde el río Negro hasta el río Salado.
Cangapol tenía su sede de gobierno en la zona de Sierra de la Ventana, por lo
que se los conocía como «pampas serranos». Los pampas supieron aliarse con los
mapuches del oeste de los Andes para atacar la campaña bonaerense en 1740,
deteniéndose sólo a siete leguas de Buenos Aires.[cita requerida]
En este proceso, también hubo luchas interétnicas y hacia
principios del siglo XIX se libraron encarnizados combates entre patagones y
mapuches a orillas del río Senguerr o Gengel, siendo aún recordada por los
mapuches la Batalla de Languiñeo; otros combates se produjeron en Barrancas
Blancas y Shótel Káike.
En 1821 un ejército moluche apoyado por milicias chilenas,
derrotó en los vados de Choele Choel a 1800 pampas serranos y a sus caciques
Ojo Lindo y Anapilco16 A partir de ese año la ocupación mapuche formó una
«cuña» entre los tehuelches; uno se vieron desplazados hacia el sur del río
Negro y otros buscaron refugio en el interior de la Provincia de Buenos Aires,
en los fortines y estancias argentinos.
Hacia la misma época, tribus vorogas o voroas o voroganas
lideradas por un grupo de guerrilleros realistas conocidos como los hermanos
Pincheira, desalojaron a los tehuelches o pampas serranos, de las zonas de
Salinas Grandes, Guaminí (Laguna de Monte), Carhué y Epecuén; los pampas
huyeron hacia Sierra de la Ventana, antiguo asiento de gobierno del cacique
Cangapol.
En 1830 los Pincheira y sus aliados voroganos dirigieron un
ataque contra los pampas serranos asentados en la Sierra de la Ventana y Sauce
Chico, matando a muchos de ellos, inclusive a los caciques Curitripay, que cayó
junto con sus dos hijos y todos sus capitanejos, Catrileu y Lomo Colorado.
Los vorogas asesinaron a los pampas que escaparon de Sierra
de la Ventana en las puertas mismas del fuerte de Bahía Blanca. En el mismo año
de 1830 los voroganas habían masacrado a los pampas del cacique Tetruel, que
tenían sus toldos en Curamalal, cerca de la actual Pigüé.
Esta situación culminó con la casi desaparición de los
tehuelches septentrionales en las provincias de Buenos Aires, La Pampa y Neuquén
hasta el río Limay, permaneciendo hacia el oeste algunos grupos günün-a-küna,
que sólo se fusionaron con los mapuches después de la expedición militar del
general Conrado Excelso Villegas en 1886.[cita requerida]
Los tehuelches al sur del Río Negro tuvieron como soberana a
una mujer: María la Grande.
Su sucesor Casimiro Biguá fue el primer jefe tehuelche que
juró fidelidad a la bandera argentina. Sus hijos, los caciques Papón y Mulato,
terminaron en una reserva al sur de Chile.
La constitución de la etnia puelche con linajes que incluían
a tehuelches explica, en parte, las actitudes de ciertos jefes puelches como
Catriel, Chucul, Foyel o Sayhueque, los cuales o fueron contemporizadores con
los blancos y criollos o fueron considerados traidores: Catriel, de origen
gennakenk, fue ferozmente muerto al combatir aliado a los blancos por otros
puelches más ligados a la etnia mapuche en 1879. Entre los grupos formados por
estos mestizajes, se hallaban los ranqueles o rankülches (del mapudungun
rankül-che, “gente de los cañaverales”).
Para antropólogos e historiadores como Rodolfo Casamiquela
(experto en la cultura patagona), se trató de una invasión en que los mapuches
casi extinguieron a los tehuelches por medio de la violencia, pero el consenso
actual mapuche es que se trató de un fenómeno más complejo que eso. Esta
invasión mapuche ha sido usada políticamente para negar legitimidad a las
reclamaciones indígenas en el sur argentino, al argumentarse que se trataría de
peticiones hechas por descendientes de los invasores "chilenos" y no
por descendientes de los habitantes originarios.
Complejos fueron los lazos sociales de los tehuelches con
los inmigrantes galeses que desde la segunda mitad de siglo XIX comenzaron a
colonizar Chubut: en general las relaciones fueron armónicas entre ambos
pueblos, es así que suelen observarse en zonas del Chubut actual personas de
cabellos rojizos y ojos bridados. En 1870 el cacique Biguá prometió defender a
los galeses de la invasión del cacique huiliche Calfucurá.
Se sabe poco de la cultura tehuelche anterior al caballo
aunque su organización socioeconómica se parecía a la de los onas de Tierra del
Fuego. La introducción del caballo por los españoles, animal al que conocieron
a partir de 1570, transformó el modelo de organización social de los
tehuelches: se formó en ellos un complejo ecuestre. Al igual que los amerindios
de las grandes praderas de Norteamérica, los tehuelches también trabajaron las
estepas de matorrales de la Patagonia, viviendo principalmente del guanaco y de
la carne de rhea (ñandú o choique), seguida de la carne de huemul, venado, mara
e incluso puma y jaguar, además de ciertas plantas (pues aunque tardíamente,
aprendieron a cultivar la tierra). En cuanto a peces y mariscos, existían en
ciertos casos tabúes: algunos grupos tenían, por ejemplo, prohibido el consumo
de pescados. Sus grupos solían estar constituidos por entre 50 a 100 miembros.
La adopción del caballo significó una profunda revolución
social en la cultura tehuelche: la movilidad que les deparó alteró las
ancestrales territoralidades y modificó en gran medida el patrón de los
desplazamientos, si antes del siglo XVII predominaban las trashumancias
este-oeste en pos de los guanacos, a partir del complejo ecuestre tomaron gran
importancia los desplazamientos longitudinales (de sur a norte y viceversa)
estableciéndose extensos circuitos de intercambio: a mediados del siglo XIX los
aonikenk trocaban sus pieles y moluscos por cholilas (frutillas, zarzamoras,
calafates, semillas de pehuén, llao llao, brotes y cogollos de coligüe, etc.) y
manzanas a los gennakenk del Neuquén, del Alto Valle del Río Negro y del
llamado País de las Frutillas o Chulilaw (región delimitada aproximadamente al
norte por el lago Nahuel Huapi, al este por las cordilleras bajas y morrénicas
llamadas Patagónides, al oeste por las altas cumbres de los Andes y al sur por
el lago Buenos Aires/General Carrera).
El caballo, o más exactamente la yegua, pasó a ser
parte principalísima de su dieta, dejando en segundo lugar a los guanacos. Los
selknam de Tierra
No hay comentarios:
Publicar un comentario