Intrudución:
Warao es un pueblo indígena amerindio que habita en el delta
del Orinoco. Hay más de 36.000 personas que
identifican con esta etnia.
Genética:
Los estudios genéticos han mostrado que los waraos tienen en
su gran mayoría un haplotipo masculino QM3.
Etnografía:
.
El pueblo warao se ubica a orillas de los caños que forman
el Delta del Orinoco, en las islas sedimentarias arrastradas de su caudaloso
río, por la acción de las corrientes y las mareas sobre las aguas fluviales. El
topónimo más antiguo del río Orinoco sería Wirinoko o Uorinoko, que significa
el lugar donde se rema, de wiri, que significa donde remamos y noko, lugar,
casa o sitio de estar o residencia. Sobre este grupo indígena, Álvaro A.
García-Castro señala: "Pocos pueblos tienen una historia tan ligada a un
hábitat fluvial como el pueblo warao".
En las tradiciones waraos se habla de que ya estaban allí
cuando la isla de Trinidad estaba unida a tierra firme, es decir, hace
aproximadamente, entre 8.500 y 9.000 años (recordemos que durante el último
período glacial, por la acumulación de grandes cantidades de hielo en los
territorios continentales del Hemisferio Norte, el nivel del mar había
descendido unos 100 metros y la profundidad de la Boca de la Serpiente e
inclusive, la del golfo de Paria, es mucho menor de esa cifra)". El
gentilicio de los waraos se traduce como "habitantes del agua", de
waha (ribera baja, zona anegadiza) y arao (gente, habitantes), o también
"hombres de las embarcaciones, de "wa" (canoa) y "arao"
(gente).
En el Censo Nacional 2001 se registraron como indígenas
waraos declarados 36.027 individuos.
Hábitat:
Los waraos forman el grupo humano más antiguo de Venezuela,
estimándose su presencia en su hábitat ancestral, el Delta del Orinoco, desde
hace unos 8.000 o 9.000 años.
Actividades de
subsistencia:
Han sido y son fundamentalmente pescadores, como principal
actividad de subsistencia; cazadores en menor medida, recolectores de miel y
frutos silvestres. De los morichales, los Warao extraían el alimento básico de
su dieta diaria, el sagú o fécula (Ohidu aru en Warao y Yuruma en criollo) de
la palma de moriche (Mauritia flexuosa), según un ciclo anual determinado por
la floración de dicha planta, el clima del Delta y las crecientes estacionales
del río. Era complementada con la pesca del morocoto o la guabina, la
recolección de miel y la cacería de roedores como la lapa, el chigüire, el
acure, entre otros.
La extracción de la fécula del moriche, conocida también
comercialmente con el nombre de sagú, es un trabajo complejo y laborioso; una
vez derribado el tronco de la palma y hecho un corte en la corteza se procede a
desmenuzar su interior fibroso con un implemento llamado azuela ,nahuru. De
esta masa fibrosa se saca el almidón que ará lugar a la torta de yuruma. Así
mismo, la palma de moriche ofrece materias que son usadas para la confección de
objetos artesanales, puentes, techos para las casa, etc.
Uno de estos
materiales es la fibra de moriche, la cual, es usada como cabuya y,
principalmente, para la elaboración del preciado chinchorro de dormir, ha. Otro
material derivado de la palma de moriche es el vástago o la "penca"
que sirve para hacer flotadores y arpones para pescar, este último conocido con
el nombre de nahalda.
Esto dio lugar a una cultura trashumante que se movía entre
las riberas y el interior de las islas, según el patrón de recolección y
extracción del sagú y las temporadas de pesca, especialmente en el Delta
Central. Hoy, la actividad en los morichales es cada vez menos frecuente; en la
década de 1920, los misioneros introdujeron desde la Guayana Británica, el
cultivo del llamado “ocumo chino” (Colocasia antiquorum), Ure, en Warao, un
tubérculo rico en almidón, que con el tiempo sustituyó a la fécula de moriche
por su notable característica de poder cosecharse durante todo el año. A partir
de entonces, los Warao se han transformado en horticultores incipientes y cada
familia suele tener un pequeño conuco o huerto de ocumo chino para su diaria
subsistencia, el cual suelen complementar con algo de pescado rayado o laulau o
una pieza de cacería.
Organización
sociopolítica
Social:
La sociedad Warao tiene una estructura poco cohesionada
-todos sus subsistemas giran en torno al eje suegro/yerno, arahi/dawa que de
manera subyacente refleja la relación madre/hijas y nietas- basada en la
familia extendida y cuya jerarquía apenas va más allá de la adhesión a un
cabeza de ranchería, que suele ser el anciano fundador (Aidamo o Iramo), que
organiza las labores de subsistencia y de su cónyuge, (Arani), llamada
normalmente: “la dueña de la casa” (Hanoko arotu), quien reparte entre los
miembros de la unidad doméstica el producto de los equipos de trabajo, pesca y
recolección según estrictas relaciones de parentesco.
La norma de residencia uxorilocal de los Warao obliga a los
hijos a residir en la casa de la suegra (Dabai) ésta, junto con el suegro
(Arahi,) establecen con sus yernos (Dawa), que conforman la mano de obra
masculina subordinada (Neburatu), una relación jerárquica esencial para la
producción y distribución del producto social. El hombre al casarse adquiere
obligaciones no sólo con su esposa, a quien obviamente tendrá que mantener,
sino también tendrá el deber de construir la vivienda de los suegros y en
buscar los alimentos necesarios (caza, pesca y agricultura) para el sustento
del nuevo núcleo familiar.
Con el tiempo, las rancherías van creciendo alrededor de la
pareja de ancianos, sus hijas con sus maridos e hijos y los hijos solteros, a
veces hasta cuatro generaciones. Entre los Warao es, pues, más apreciado tener
hijas que hijos. Sólo a la muerte de los fundadores se disuelven estas unidades
domésticas y cada pareja mayor inicia entonces la formación independiente de su
propia ranchería en un lugar diferente.
Las alianzas
matrimoniales son exogámicas respecto a la ranchería, pero endogámicas respecto
a la unidad parental mayor o subtribu, es decir, no se suele buscar pareja
dentro de la misma ranchería, sino en otras fuera de ella, pero siempre dentro
de un mismo grupo parental. Los pleitos y diferencias que afectan a la
comunidad se resuelven mediante la llamada Amonikata, o asamblea de los
miembros mayores de la misma, que analiza y soluciona en reuniones que pueden
durar desde horas a días, las situaciones de conflicto que pudieran surgir
eventualmente entre los miembros. También sirve para decidir estrategias de
subsistencia, viajes y asuntos legales con las autoridades o instituciones
venezolanas.
Vivienda:
Una comunidad ribereña o “ranchería” Warao tradicional está
asentada siempre en la orilla de un caño o brazo del delta y puede estar
formada de 10 a 15 o más viviendas, uni o multifamiliares y albergar hasta 200
personas. Las casas (Hanoko) se comunican entre sí por puentes y pasarelas;
cada una tiene su acceso individual al río, mediante un embarcadero hecho de
troncos. Normalmente están construidas con troncos de madera de mangle
(Rhizophora mangle) y carecen de paredes, estando protegidas ocasionalmente por
algún tabique de troncos de palma temiche (Manicaria saccifera), con cuyas
hojas se hace también el techo; aunque hoy en día es frecuente ver viviendas
con paredes laterales de tabla u hojas de palma.
El piso y las pasarelas
elevadas entre las viviendas suele ser de troncos de la palma manaca (Euterpe
oleracea). El sencillo mobiliario consta de hamacas, una cocina construida
sobre una base de barro, de cara al río, por donde vienen los bastimentos y
donde se hace la limpieza; los enseres de pesca, caza y vestuario, que se
colocan en el entramado del techo o en el suelo. En los morichales se
construyen viviendas unifamiliares temporales más pequeñas y sencillas,
techadas con hojas de moriche.
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