Introducción:
Calchaquis:
Calchaquí es la denominación
histórica recibida por un grupo de parcialidades de la etnia diaguita o pazioca
que habitaban las actuales provincias de Salta, Catamarca y Tucumán en el
noroeste de la Argentina al momento de la llegada de los conquistadores españoles.
Se estima que en ese momento su población era de 415.000 a 455.000 personas,
que pudieron resistir por un siglo a los españoles. Para mediados del siglo
XVII, al finalizar los conflictos, quedaban apenas 20.000 calchaquies en todo
el Noroeste argentino.
Ruinas calchaquis |
Etimología:
El nombre "calchaquíes"
recién les fue dado en el siglo XVII debido a que era epónimo de uno de sus
principales líderes. Los europeos llamaron así a un conjunto de culturas
diaguitas, como los yocaviles, quilmes, tafís, chicoanas, tilcaras y purmamarcas
entre otros. Tal como se ha señalado la denominación "calchaquí"
parece derivar de uno de los principales jefes diaguitas que se opusieron a los
españoles: Kalchakí llamado por los españoles Juan Calchaquí quien construyó la
avenida homónima que nace en Lamadrid (Quilmes) y termina allá por Necochea.
Guerras calchaquíes:
Durante todo el período de la
conquista los españoles no habían logrado penetrar en los Valles Calchaquíes,
donde se habían refugiado la cultura diaguita, una avanzada confederación de
señoríos agroalfareros independientes perteneciente a la Cultura Santa María,
unidos por una lengua común, el kakán y parte a su vez del gran grupo de la
civilización andina. Los españoles se refirieron a sus integrantes,
incorrectamente, como calchaquíes, nombre correspondiente a uno de los señoríos
paziocas. Estos señoríos estaban reunidos en tres grandes naciones: pulares al
norte, diaguitas al oeste y calchaquíes al este. Grupos menores eran los
oclayas formados por 2.000 personas y los calchaquíes, unas 12.500 personas
(2.500 indios tributarios), según Sotelo Narváez (1583). Una antigua tradición
de independencia de los paziocas y la escasa cantidad de españoles en el
Tucumán, permitió una serie de actos de defensa de su territorio por parte de
la confederación diaguita. Estas luchas han sido históricamente conocidas como
las Guerras Calchaquíes que se extendieron por más de un siglo.
La Primera Guerra Calchaquí se desató en
1560 y fue conducida el cacique Juan Calchaquí y los curacas Quipildor y
Viltipoco. La confederación logró mantener a los europeos fuera de su territorio,
arrasando las tres ciudades nuevas fundadas por los españoles: Cañete, Córdoba
de Calchaquí y Londres. La historiografía hispano-americana considera a esta
guerra como "una de las mayores tragedias de nuestra historia".4 Esta
guerra provocó la decisión del Rey español en 1563 de separar el Tucumán de
Chile para crear una gobernación dependiente del virrey de Perú.
La rebelión de Viltipoco. Posteriormente en
1594 Viltipoco, jefe de los omaguacas, inició un nuevo alzamiento reuniendo un
ejército de 10.000 lanzas de las tribus diaguitas, sin embargo, 25 españoles al
mando del capitán Francisco de Argañaras y Murguía se inflitró en la Quebrada
de Humahuaca donde atacó por sorpresa el campamento enemigo, matando a los
caciques y capturando a Viltipoco, que fue llevado a San Salvador de Jujuy
donde murió en prisión algunos años después.
La Segunda Guerra Calchaquí duró 7 años
(1630-1637) y fue dirigida por el curaca Chalamín. Los diaguitas volvieron a
destruir las ciudades instaladas por los españoles, Londres II y Nuestra Señora
de Guadalupe. En 1637 el ejército español atrapó y ejecutó al curaca Chalamín.
Los habitantes del Señorío Diaguita que condujo la guerra, fueron deportados y
reducidos a la esclavitud por los españoles.
La Tercera Guerra Calchaquí se extendió por
ocho años (1658-1667). Esta guerra tuvo la particularidad de que, en sus
inicios, actuó un aventurero andaluz,
Pieza de alfarería. Valles Calchaquíes. |
Vida y cultura:
Eran agricultores, pastores y
excelentes alfareros. Veneraban a deidades sobrenaturales (el sol, la luna, el
trueno y la tierra) y hablaban una lengua propia llamada kakán. Con la tercera
expansión del Imperio incaico, en 1480, fueron incorporados al imperio inca
(Tawantinsuyu), del que recibieron una fuerte influencia cultural.
Viviendas:
Hicieron sus viviendas de piedra,
dispuestas en forma de pirca, y no utilizaron ningún tipo de cemento, técnica
común de los pueblos andinos.
Vivían en casas cuadradas, hechas
de piedra y con techo de paja. Las casas no tenían ventanas y el techo era de
barro o paja. Sus construcciones fueron monumentales, prueba de ello son
localidades como la Paya, Quilmes y Tolombón.
Fueron guerreros valientes y
enfrentaron tanto la conquista de los Incas como la de los españoles. Sus armas
típicas eran el arco y la flecha y combatían de a pie. Sus ciudades se
defendían por pucarás, que estaban situados en sitios casi inaccesibles.
Cultivaron el maíz, con el
sistema de terrazas. Obtenían lana y carne de la llama, el guanaco, la vicuña y
la Taruca. Fabricaron vasijas, jarros y platos de cerámica. Trabajaron el oro,
la plata y el cobre.
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