Ignacio Barros como conocedor de la zona donde hemos tenido la rigurosidad del temporal que azoto el norte (España ), y como la última vez lo habiamos dejado descansando al lado de esa playa de Annaba pronto se percato y lo vio por los medios, aunque siempre esta en contacto constante, pues la zona de Puerto de Vega es una zona que azota el temporal lugar de residencia en la cual el vive habitualmente cuando esta en Asturias. Y para que estuvieramos tramquilos pronto se puso manos a la camara,y asi ver que en Argel estaba el mar tranquilo, y nos envia la cuarta entrega de sus paseos por Annaba, Skida, y Berrahal, y cumple con todos nosotros de seguir ofreciendonos lo mejor hasta que se acaben las fotos, y postales de Argel hoy toca las calles de Annaba y los lugares tipicos y cosas insolitas que él fotografio.
Y como !empieza! parece que nos quiere hacer sudar pues para
ya vamos porque esto promete como parece que hoy vamos a tener poco agua vamos
ha ahorrarnos las palabras para no pasar mucha sed pero con Ignacio nunca se
sabe.
Lo de la cigüeña y el camino por esas temibles
arenas tenia truco no nos iba a dejar sin agua se las arreglo como él sabe y
encontró este magnífico rio para darnos un baño y beber, luego comeremos
unas piezas de fruta que la cogeremos en un súper de Annaba.
Y nos vamos caminando por las vías del tren a ver a donde
nos lleva Ignacio.
Y nos deja a las puertas de Skida otra ciudad que estuvo visitando como viajero.
Y esto es con lo que se encontró, a sus gentes en el día a
día cotidiano, mujeres esperando el paso
del autobús, jóvenes con los libros a la vuelta del colegio.
Y estas
jóvenes observando a este argelino como trabaja en su vida cotidiana de reparto,
de algún producto quizás perecedero por el frio que lleva incorporado en su
camión así es la vida en este País dura pero como dice Ignacio bonita y
gratificante para los Españoles residentesa allí.
Solidario donde los haya antes de volver a Argel ayuda a unos vecinos de esta zona a hacer una mudanza es u crack Ignacio Barros Seoane desde que lo conozco nunca dejo a un vecino, amigo, o conocido sin sus maravillosas muestras de solariridad.
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