Introducción:

Etimología y
autodenominación:
Los indígenas aguacatecos se refieren a su idioma como qa '
yol o "nuestra palabra". También se autonombran qatanum, que
significa "nuestra gente" a diferencia de la palabra Awakateko
utilizada por voces españolas en alusión al municipio de Aguacatán (el cual
significa “lugar de abundantes aguacates”, haciendo alusión a la producción
agrícola y no específicamente a la gente indígena).
Datos Históricos:
Se han descubierto evidencias arqueológicas de su presencia
prehispánica en Chalchitán (poblado originalmente llamado Coacutec por sus
orígenes nahuas). Durante una expedición misionera de 1643, el dominico
irlándes Tomás Gage evidenció en sus crónicas el cultivo de uvas desarrollado
por este pueblo. En 1891, Chalchitán fue anexado como barrio a Aguacatán, por
consecuencia los indígenas Chalchitecos han establecido relaciones sociales con
los aguacatecos. En su obra "Recordación Florida", Francisco de
Fuentes y Guzmán relató que en Chalchitán y Aguacatán estaban habitadas por alrededor
de 480 hablantes de un idioma con pronunciación gutural.

Actividades
Productivas:
Es un pueblo agrícola que produce principalmente ajo y
cebolla y en temporada el banano. Los pastores se dedican al cuidado de las
ovejas para producir lana (y de ésta, tejidos artesanales). Muchos indígenas
aguacatecos han tenido que emigrar al sureste de México así como a Estados
Unidos para desempeñarse como agricultores.
Religión aguacateca:
Creencias religiosas "Awakatekas":

La muerte
influye en la vida ritual pública aguacateca. Cuando un aguacateco es
maltratado por otro, un chamán es alquilado para ponerse en contacto con el
antepasado muerto del individuo ofendido y archivar una queja. Los mayores
muertos envían a un pariente difunto de un malhechor a una "cárcel".
El encarcelado, sufriendo al antepasado envía entonces un mantar (el castigo)
al malhechor vivo. Para librarse de este castigo, el aguacateco apela a un
chamán para liberar al antepasado por pago de multas a los antepasados mayores.
Médicos religiosos:
Los chamanes conducen tanto rituales mágicos como públicos
(costumbres). Hacen preguntas a los antepasados muertos y retransmiten las
conversaciones de vuelta a los familiares. La limpieza espiritual es conseguida
por dispersión de frijoles sobre la tierra y recogiéndolos recitando los días
de la semana del antiguo calendario maya. Los médiums también están implicados
en conversaciones con los muertos.
Ceremonias:
Antes de 1960, los festivales regulares eran llamados k'ej
(fiestas) duraban siete días e implicaban desfiles, música, baile y mucha
bebida. Durante estos festivales, los chamanes realizaban ceremonias y ritos.
Había tres grupos de baile ritual—dos orientales (Tz'Unum y Muztec) y uno
occidental (Moros). Las obligaciones del baile fueron heredadas del padre al
hijo y de la madre a la hija; los rituales menores fueron los deberes de
ciertas familias.
Medicina:

Muerte y vida después
de la muerte:
El aguacateco no concibe la vida después de la muerte como
un cielo o un infierno, pero un lugar donde los antepasados ya fallecidos
residen y están activos en el transcurso de la vida. La vida después de la
muerte llegó a tener un fuerte agarre en las personas, a tal grado que sus
vidas diarias fueron consumidas por la adoración de los antepasados.
Cambio religioso:
La práctica tradicional aguacateca de adoración de
antepasados fue suplantada por nuevas religiones en los años 1950s cuando
misioneros protestantes y católicos vinieron a Aguacatán y les ofrecieron a los
indígenas una alternativa secularizada a su sistema religioso. Por
consiguiente, los indígenas orientales fueron los primeros en abandonar el
sistema político ritual; dentro de poco, los habitantes del oeste siguieron el
pleito a partir de ese entonces. La participación de misioneros cambió
drásticamente a la sociedad aguacateca. Los jóvenes indígenas quienes basaban
su prestigio en las nuevas organizaciones religiosas surgieron como los nuevos
líderes de comunidad. La unidad en cada grupo étnico fue destruida, mientras
unos fueron convertidos y otros conservaron la práctica tradicionalista
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