Su composición:
Este ejército fue un cuerpo
militar de las provincias unidas del rio de la plata y tropas chilenas
exiliadas en Mendoza y lo dirigía el general José San Martin cuyo objetivo era
acabar con la dominación española en Chile.
3 generales
28 jefes
207 oficiales
15 empleados civiles
3778 solados de tropa (formado por una mayoría de soldados
negros y mulatos más de la mitad
esclavos y libertos, y por una parte de
soldados chilenos)
1200 milicianos montados (para conducción de viveros y artillería)
120 barreteros de minas (para facilitar el tránsito de víveres
y artillería)
25 baquianos
47 miembros de sanidad (para confirmar el hospital de campaña)
16 piezas de artillería (los cañones de 6 pulgadas los
obuses de 4 y 1/2 pulgada
4 piezas de montaña de 4 pulgadas
1600 caballos extras (para caballería y artillería)
9281 mulas (7359 de silla y 1922 de carga).
General San Martin |
El hecho más memorable del ejercito corresponde al cruce de
los andes iniciado el 6 d enero de 1817 desde Mendoza que culminó con la
victoria de gacabucho el 12 de febrero de 1817.
Plan continental:
San Martin se dio cuenta de la imposibilidad de llegar a
Lima que en ese momento era el centro del poder relista por el camino del alto
Perú. Cada vez que un ejército realista descendía del altiplano hacia los
valles de salta era vencido, y da vez
que un ejército de las provincias unidas se aventuraba en Perú era derrotado completamente.
El teatro de operaciones Oeste para:
Concentrar un ejército reducido pero de gran cohesión y
capacidad operacional. Cruzar la cordillera y reforzar a las fuerzas chilenas,
que luego de luchar en Concepción, Talcahuano y Chillán, no habían logrado aún
la definición de la campaña.
Una vez consolidado
el territorio chileno, mediante un envolvimiento anfibio, ocupar Lima (centro
del poder político realista en América).
El teatro de operaciones "Norte" para:
Aferrar inicialmente efectivos realistas, mediante la acción
de las tropas de Martín Miguel de Güemes, previendo luego una acción ofensiva
hacia el norte, en coordinación con la maniobra anfibia hacia Lima.
Modificaciones al esquema básico:
La derrota chilena en la batalla de Rancagua el 2 de octubre
de 1814 introdujo a las dificultades ya existentes, la necesidad de recuperar
la libertad para Chile. Esto llevó a San Martín a modificar el esquema inicial
del Plan Continental, introduciendo nuevas exigencias tal como el aumento de
los efectivos, una organización más detallada y por sobre todo una cuidadosa
selección de la maniobra estratégica que permitiera llegar a los desemboques a
través de la cordillera, obligando al enemigo a mantenerse disperso en un extenso
frente, ante la constante incertidumbre del lugar exacto de invasión, y con
ello facilitar el logro de la sorpresa como elemento multiplicador de la
potencia necesaria para librar con éxito la batalla en el lugar elegido. Esta
batalla debía permitir abrir cuanto antes el espacio de maniobra necesario para
continuar hacia Lima.
Emigrados chilenos:
Replica de la bandera de los Andes |
Luego de ocurrida la batalla de Rancagua, el Batallón de
Auxiliares Argentinos al mando de Juan Gregorio de Las Heras retornó de Chile
escoltando a unos 2000 emigrados patriotas de ese país que cruzaron los Andes,
quedando el cuerpo a las órdenes de San Martín. Según un parte de José Miguel
Carrera del 22 de octubre de 1814, las fuerzas chilenas que se refugiaron en
Mendoza a sus órdenes estaban distribuidas entre: 105 artilleros, 229 infantes
(169 infantes de varios cuerpos y 60 infantes de la patria9 e ingénuos) y 374
soldados de caballería (164 de la Gran Guardia Nacional y 210 dragones al mando
de Andrés Alcázar).10 11 La disensión interna hizo que en gran parte esas
fuerzas se dispersaran y el 30 de octubre de 1814 San Martín las puso bajo sus
órdenes y resolvió:
"Los dragones
quedan reunidos á cargo del coronel don Andrés del Alcázar: componen un escuadrón,
pero le sobran oficiales: los artilleros forman una compañía, al cuidado del
teniente don Ramón Picarte: los infantes de la patria han sido incorporados al batallón
de infantería que manda el teniente coronel don Juan Gregorio Las Heras: los auxiliares,
de , infantería de Concepción, nacionales y granaderos, los he puesto á las
órdenes del teniente coronel graduado, don Enrique Larenas, con orden de formar
dos ó mas compañías de infantería bajo la planta de nuestros batallones."
Marcos Balcarce,
encargado de disponer de las tropas chilenas emigradas.
En un bando publicado por San Martín, se dispuso que:
Todo individuo
emigrado de Chile se halla bajo la inmediata protección del Supremo Gobierno de
estas provincias.
Uniformes del 7ª de infanteria |
Todo dependiente del
Ejército emigrado de Chile que quiera continuar sus servicios en el de estas
provincias, se presentará al Comandante General de Armas.
Asimismo, todo aquel
que no quiera servir, queda expedito desde la publicación de este bando para
establecerse libremente en el territorio de estas provincias y ejercer
tranquilamente sus oficios, pero estos deberán presentarse al muy ilustre
Cabildo para recoger el competente seguro.
Los demás individuos
emigrados pueden establecerse sin obstáculo en toda la comprensión de este
Estado y el Supremo Director les ofrece una completa garantía tanto de sus
bienes como de sus personas.
Bando de San Martín:
Unos 300 soldados chilenos seguidores de Carrera que no
aceptaron incorporarse al Ejército Argentino fueron enviados a Buenos Aires,
para ser incorporados al Ejército del Norte y al del Litoral, justificando San
Martín al gobierno:
"no quiero
emplear a esos soldados que sirven mejor a su caudillo que a la Patria."
Los que sí aceptaron incorporarse al Ejército Argentino
fueron distribuidos entre las unidades y en el estado mayor. Entre estos
últimos, hubo 19 oficiales, entre ellos Bernardo O'Higgins (con el grado y
sueldo de brigadier de las Provincias Unidas del Río de la Plata, nombrado el
26 de febrero de 1816) y el sargento mayor Ramón Freire.
San Martín organizó en Mendoza los cuadros del futuro
Ejército Chileno con oficiales emigrados, nombrando el 25 de abril de 1816 una
comisión de 6 emigrados que debía organizar los cuadros de los oficiales de un regimiento
de infantería, un batallón de artillería y un regimiento de caballería para
servir de núcleo del futuro ejército de ese país. San Martín se reservó el
derecho a nombrar a los jefes superiores. Los que no se enrolaron en el
Ejército Argentino, solo cruzaron la cordillera luego de la Batalla de
Chacabuco.
Finalmente, ante el fracaso de la convocatoria fueron
organizados los cuadros de las siguientes unidades, cuyos jefes fueron
nombrados en junio de 1816:
Regimiento de
Infantería N° 1 de Chile, al mando del coronel Juan de Dios Vial Santelices
Compañía de
Infantería de Línea de Emigrados de Chile, al mando del capitán Juan Manuel
Astorga, de 6 oficiales y 38 soldados veteranos, según aparece en un parte de
noviembre de 1816
Batallón de
Artillería de Chile, al mando del teniente coronel Joaquín Prieto
Legión Patriótica
del Sur, una partida volante de dragones a las órdenes del coronel de milicias
de Aconcagua José María Portus.
La organización del ejército:
Definidas las líneas generales del plan de campaña, San
Martín inició los trabajos para organizar el ejército con que habría de llevar
a cabo la empresa, sobre la base de los dos únicos núcleos de tropas que
existían en Mendoza:
Paso de uspallate |
Las milicias
provinciales existentes en: Mendoza, San Juan y San Luis. De acuerdo a un parte
de Marcos Balcarce de 1814, existían en Mendoza 958 milicianos, casi sin
armamentos ni instrucción militar. Las milicias regladas eran la Compañía de
Milicias de Artillería de Mendoza de 75 hombres; y el Regimiento de Voluntarios
de Caballería de Mendoza, compuesto por 2 escuadrones en los suburbios del
norte y del sur de la ciudad, también denominados Cívicos con un total de 600
hombres (en San Luis existía uno igual, denominado Regimiento de Voluntarios de
Caballería de San Luis). Las milicias de Mendoza que se formaron luego de la
Revolución de Mayo eran 2 batallones de infantería denominados Cívicos Blancos
(133 hombres) y Cívicos Pardos (150 hombres).
Las únicas fuerzas veteranas existentes eran los 20 o 30
blandengues del fuerte de San Carlos.
Al mismo tiempo que se organizaba el ejército se debía
atender a la defensa inmediata del territorio, siempre amenazado desde Chile.
Esta eventualidad obligó a San Martín a aumentar urgentemente los efectivos de
los cuerpos mencionados y colocarlos en condiciones de afrontar las tareas de
protección más indispensables, para lo cual implantó una especie de servicio
militar obligatorio para la provincia de Cuyo.
El 8 de noviembre de 1814 el director supremo creó en
Mendoza el Batallón n.° 11 de Infantería de línea en base a los 180 Auxiliares
Argentinos remanentes19 y a un escuadrón de caballería miliciano. El 23 de
noviembre el teniente coronel Las Heras fue nombrado jefe del batallón.
(...) sirviendo a
V. S. de base los auxiliares que vengan de Chile, forme un batallón de
infantería de línea.
José San Martin pasando revista en Rancagua |
A mediados de diciembre de 1814 llegaron a Mendoza remitidos
desde Buenos Aires 240 hombres de 2 compañías del Batallón n.° 8 de Infantería
(de Castas) al mando del capitán Bonifacio García, junto con un piquete de 50
artilleros del Regimiento de Artillería de la Patria con 4 cañones al mando del
capitán Pedro Regalado de la Plaza, que transportaba también municiones,
armamentos y correajes. Los infantes fueron despachados desde Buenos Aires el
30 de noviembre ante el peligro de una sublevación de los emigrados chilenos
partidarios de Carrera, los artilleros salieron el 17 de noviembre.
El 10 de enero de 1815 San Martín fue ascendido a coronel
mayor de los Ejércitos Nacionales, mientras que fueron ascendidos a coronel:
Miguel Estanislao Soler, Francisco Antonio Ortiz de Ocampo y Juan Florencio
Terrada.
San Martín, en su calidad de gobernador de Cuyo, aplicó una
serie de procedimientos expeditivos para llevar el ejército al pie orgánico
exigido por la magnitud de la empresa a realizar y en los que fue auxiliado por
el gobierno de Buenos Aires.
En febrero de 1815 fueron remitidas nuevas dotaciones de
artillería y llegaron a Mendoza desde San Juan 134 reclutas al mando del
teniente Juan José Cano.
Con la ayuda del capital aportado por 4 vecinos de Mendoza,
San Martín creó una compañía de caballería denominada Gauchos de la Invención.
De residentes británicos obtuvo dinero para formar una compañía reglada de
infantes.
El 14 de agosto de 1815 San Martín dispuso que los hombres
de entre 16 y 50 que no se presentaran voluntariamente al ejército, serían
sorteados, logrando reclutar 400 soldados, a la vez que ordenaba una leva de
vagos. El 13 de septiembre de 1815 acordó con el Cabildo de Mendoza no realizar
el sorteo a cambio de un contingente de 200 hombres de la ciudad y 160
voluntarios.
El 3 de septiembre de 1815 llegaron a Mendoza enviados por
el director supremo Ignacio Álvarez Thomas los escuadrones 3 y 4 del Regimiento
de Granaderos a Caballo a las órdenes del coronel José Matías Zapiola,
reducidas a la mitad. Habían realizado la campaña de la Banda Oriental y
llegaron a solicitud de San Martín por el peligro inminente de una invasión
realista a Cuyo, alojándose en el convento de los dominicos. Los escuadrones
fueron completados con soldados gauchos de San Luis. El 1 de agosto de 1815
partieron de Buenos Aires 3 oficiales de artillería llevando 4 cañones y dos
obuses, con su correspondiente piquete de artilleros y municiones. En octubre y
noviembre recibió San Martín 12 quintales de pólvora, 200 fusiles y 300
fornituras conducidos gratuitamente por carreros cuyanos.
En octubre de 1815 fueron completadas las 6 compañías del
Batallón n.° 11: una de granaderos, 4 de fusileros (1.°, 2.°, 3.° y 4.°) y una
de cazadores.
El 4 de diciembre de 1815 fue emitido un estado de fuerzas
de la provincia, existiendo 1939 soldados de infantería y de artillería, 3733
de caballería, 215 jefes y oficiales, totalizando 3887. Las unidades veteranas
(o de línea) eran: una compañía de artillería en Mendoza con 143 plazas; 2
compañías del Batallón n.° 8 con 300; Batallón n.° 11 con 655; dos escuadrones
de granaderos a caballo con 415; Blandengues de la frontera con 30, totalizando
1540 soldados. Las milicias eran: Artillería Cívica de Mendoza, Artillería
Cívica de San Juan, Cazadores Ingleses, Caballería de Milicias de San Luis, San
Juan y Mendoza con 12 escuadrones. Las piezas de artillería eran: 4 culebrinas
de bronce de a 4, 4 cañones volantes de a 4, 2 obuses de 6 pulgadas, 4 piezas
de a 4 de montaña, 2 piezas de a 4 de hierro: totalizando 17 piezas de
artillería.
El 13 de enero de 1816 el Batallón n.° 11 de Infantería fue
elevado a regimiento con el mismo número y siendo su jefe el coronel Las Heras.
San Martín envió a San Juan al teniente coronel Juan Manuel Cabot como teniente
de gobernador, con orden de reclutar soldados para el segundo batallón de n.°
11. El 21 de junio de 1816 el director supremo Juan Martín de Pueyrredón
dispuso la división del regimiento en dos cuerpos, manteniendo uno el nombre de
Regimiento n.° 11 de Infantería y el otro, organizado en San Juan, fue
denominado Batallón n.° 1 de Cazadores, siendo su jefe el teniente coronel
Rudecindo Alvarado.
En total San Juan aportó con alrededor de 2500 hombres al
ejército patriota, tantos que en la jurisdicción se despobló de hombres adultos
casi por completo.
En abril de 1816 llegaron también los escuadrones 1 y 2 de
Granaderos a Caballo provenientes del Ejército del Norte, junto con 100
reclutas de La Rioja.
En agosto de 1816, San Martín envió una carta al gobernador
de San Juan, solicitando que liberara a prisioneros que se encontraban en
Carmen de Patagones y en las islas Malvinas (Puerto Soledad) para que se
sumaran al Ejército. Esta es una prueba usada por el gobierno argentino en la
cuestión de las islas Malvinas.
El 15 de septiembre de 1816 el gobierno nombró a Soler
cuartel maestre y brigadier mayor del Ejército de los Andes.
El Escuadrón n.° 5 de Granaderos a Caballo fue creado en
Cuyo a las órdenes del comandante Mariano Necochea y transformado en el
Escuadrón Cazadores de la Escolta del General en Jefe.
El 24 de enero de 1817, cuando el ejército ya estaba en
marcha, el coronel Hilarión de la Quintana llegó de Buenos Aires con pliegos
para San Martín, y éste lo invitó a sumarse a la expedición, integrándose al
estado mayo.
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