Introdución:
Como este blog va hoy de batallas vamos a hacer una introducción
del manual del guerrero de la luz.
Así introduciré lo que fue la batalla del monte Graupiun. Un
guerrero sabe que los fines no justifican los medios. porque nada justifica las
diez mil bajas que deparo esta batalla o no debería justificarla por lo menos
para la conquista romana cuando conquistaron Britania un ejército romano
compuesto por 20.000 al mando de cneo Julio agrícola (gobernador de Britania),
que vencieron a unos 30.000 miembros de las tribus caledonias.
La vida lo lleva desde lo desconocido hacia lo desconocido.
Cada minuto está revestido de este apasionante misterio, el guerrero no sabe de
dónde viene ni hacia donde va.
Las hipótesis sitúan el lugar del episodio bélico en le
paramo de Murdoch en la zona de los montes Grampianos. Lo que si saben los
contendientes ganadores que fue el espaldarazo definitivo a la conquista romana
de Britania, aunque posteriormente el poder de roma no se extendiese al
territorio escoces, debido esencialmente a motivos económicos y de política
interna romana.
Si solo piensa en la meta el guerrero no conseguirá prestar atención
a las señales del camino, se concentra
solamente en una pregunta, perderá varias respuestas que estan su lado:
Por eso el guerrero
se entrega:
Y fue tal la entrega del gobernador Agrícola que tras el
resultado victorioso de la batalla fue llamado a Roma por el emperador Domiciano que temía el aumento de la
popularidad de Agrícola entre el senado de roma y la plebe de la ciudad, la
excusa para la llamada fue el coste económico de la campaña:
Desarrollo:
Mapa del desarrollo de las batallaas de Agrícola |
Desde el 26 de agosto del año 55 en que cesar desembarco con
sus tropas en la isla hoy llamada Gran
Bretaña que antiguamente era conocida como Britania se dio un constante proceso
expansivo del poder político y militar de
Roma.
Como se desarrolla la batalla:
55,54 a.c son las primeras campañas de Cesar fueron en el
lugar más meridional de la isla contra Casivellauno, su objetivo era evitar el
apoyo de los habitantes de las islas a las tribus celtas con las que cesar se
estaba enfrentando en la guerra de las galias.
Por este motivo, se contentó, acuciado además por su enfrentamiento con
Pompeyo y los juramento de fidelidad a
Roma.
No es sino hasta el siglo I de nuestra era, concretamente el
año 43, cuando el emperador Claudio, inmerso en una ampliación de los dominios
del Imperio, ordenó a un Ejército romano formado por cuatro legiones al mando
de Aulo Plaucio la conquista y sumisión de la isla.
Esta acción abrió paso a una larga y sangrienta campaña, con
constantes luchas con Cimbelino y sus hijos Caractaco y Tugodumno, que
lideraron una confederación de tribus britanas con capital en Camolodunum, la
actual ciudad inglesa de Colchester. Hasta el año 49, con la entrega de
Caractaco a los romanos por la reina de los brigantes, Cartimandua, no se
alcanzó una precaria situación de equilibrio.
Agrícola |
Nuevamente se desencadenó la lucha en el año 61, con la
rebelión de Boadicea, reina de los icenos, que recibió apoyo de numerosas
tribus y que llegó a conquistar la colonia romana de Londinium, poniendo en muy
serios aprietos al procónsul romano Cayo Suetonio Paulino. Fue la ocasión en
que los britanos tuvieron más próxima la posibilidad de arrojar a los romanos
de la isla.
Sin embargo, con la derrota de la rebelión y la sumisión de
la mitad sur de la isla de Britania (la mayor parte de la actual Inglaterra),
se abría paso a un nuevo avance hacia el norte y el oeste (básicamente los
actuales País de Gales y Escocia).
Antes de dicho nuevo paso hacia el norte, se procedió a la
construcción de una calzada, que permitiría el adecuado contacto con la
retaguardia romana, asegurando la posibilidad de recibir refuerzos y
suministros. Esa fue una de las misiones del nuevo gobernador romano, Cneo
Julio Agrícola, que sustituía a Sexto Julio Frontino, junto con la de ampliar
el territorio sometido a control del Imperio romano.
Agrícola optó inicialmente por suprimir la posible amenaza
para su flanco izquierdo que podía suponer la tribu de los ordovicos, asentada
al norte del actual País de Gales e insumisa ante el poder de Roma.
Posteriormente, a lo largo de un total de seis campañas de
carácter anual, consolidó el control sobre el norte de la actual Inglaterra,
llegando a consolidar una línea dotada de fortificaciones defensivas tan al
norte como el Firth of Forth, ya en el interior de Escocia. Adicionalmente,
ante la posibilidad de un desembarco de las tribus de Hibernia (la actual
Irlanda) se establecieron puestos defensivos a lo largo de la costa oeste de
Britania, frente a las costas irlandesas.
De este modo, durante su sexta campaña, en el año 83, las
legiones de Agrícola entraron en contacto con los caledonios o pictos, que
reaccionaron asaltando el campamento que había construido en su territorio la
IX Legión romana, la Legio IX Hispana. A pesar de que los caledonios fueron
rechazados, estaba claro que no iban a aceptar fácilmente la sumisión a Roma,
con lo que Agrícola planificó para el año 84 una campaña contra ellos.
La campaña incluyó una exploración de las costas al norte de
la isla, con el fin de confirmar que se trataba de una isla y de que no se unía
a Europa, y su finalidad era la pacificación definitiva de la isla, lo que
permitiría una posible futura conquista de Hibernia y la liberación así de
parte de los recursos militares, que ya empezaban a ser necesarios en la línea
del río Rin, frente a los germanos.
Iniciado el avance, que contaba con el apoyo de la flota de
guerra romana, las tropas de Agrícola penetraron de nuevo en territorio de los
pictos, haciendo avanzar a la infantería romana acompañada de sus auxiliares
britanos, con la clara intención de hacer alarde de su potencia militar, hasta
hallar un fuerte ejército picto desplegado en defensa de un lugar que Tácito
denomina mons Graupius, y que la historiografía no ha podido identificar con
seguridad.
A lo largo de la campaña, las legiones vieron cómo, de forma
sistemática, los pictos eludían los enfrentamientos directos con las tropas, ya
que eran conscientes de su inferioridad en términos militares. Sin embargo, en
esta ocasión los caledonios se vieron forzados a entablar batalla, ante la
amenaza de quedar aislados de sus propias fuentes de aprovisionamiento, a pesar
de que disponían en sus almacenes alejados de los recursos suficientes. Del
relato de Tácito se desprende que, en la manera que era habitual entre los
celtas y otros pueblos antiguos, los pictos combatían acompañados de sus
familias, lo que incrementaba la carga sobre sus recursos.
En cualquier caso, siguiendo a Tácito, podemos suponer que
el ejército romano rondaba la cifra de 20 000 combatientes, entre legionarios
romanos y tropas auxiliares (en su mayor parte britanas), mientras que la masa
combatiente caledonia puede estimarse en unos 30 000 combatientes.
El discurso de Calgaco:
Los montes Grampianos en las cercanías del Ben Nevis en invierno. |
Cada vez que examino
las causas de la guerra y las dificultades que nos ocasiona, tengo la gran
esperanza en que en este día vuestra unión dará lugar a la independencia para
toda Britania.
Las batallas
anteriores, donde hemos luchado contra los romanos con diversa fortuna, nos
dejaban esperanza y reserva, porque para nosotros, que no hemos sido
esclavizados a ninguna de las orillas, la mancha de la opresión no enturbiaba
nuestras miradas. Situados en los confines del mundo y de la libertad, este
alejamiento y lejanía nos ha defendido y cubierto nuestro nombre. Pero hoy
Britania está abierta al enemigo...los romanos, cuya insolencia intentaremos
evitar en vano con la sumisión y la reserva. Salteadores del mundo que, tras
devastar todo, ya no tienen tierras que saquear y buscan en el mar; ávidos de
poseer, si el enemigo es rico, de dominar si es pobre, ni Oriente ni Occidente
les ha saciado...Robar, masacrar, arrebatar, esto es lo que llaman autoridad, y
vacían territorios para establecer la paz.
Cada cual tiene como
lo más querido a sus hijos y allegados: la naturaleza lo ha querido; los
nuestros son raptados para sufrir la esclavitud en otros lugares; si nuestras
mujeres y hermanas escapan a la brutalidad enemiga, son mancilladas, en el
nombre de la amistad y la hospitalidad. Bienes y rentas para impuestos, tierra
y cosecha para las prestaciones frumentarias, ¿Qué digo? Cuerpos y brazos para
el acondicionamiento de los pantanos y los bosques bajo golpes e insultos; lo
agotan todo. Los esclavos de nacimiento son vendidos una sola vez y, además,
sus dueños les alimentan; Britania compra cada día su servidumbre, cada día la
mantiene. Y así como, en el ámbito doméstico, los esclavos comprados
últimamente son la mofa de sus mismos camaradas, en esta vieja esclavitud del
universo, nos toman a nosotros para exterminarnos; porque no tenemos ni campos,
ni minas, ni puertos para cuya explotación seamos reservados. Y además el
arrojo y la fogosidad indomable de los súbditos disgustan a los que mandan; el
alejamiento y el aislamiento por sí mismos son más sospechosos cuanto mejor nos
protegen.
Montes Grampianos: Cadena Montañosa del Centro de Escocia. |
Además, como no se
nos disculpa nada, tened coraje por fin, según consideréis como esencial o la
vida o la gloria. Los brigantes, guiados por una mujer, han sido capaces de
incendiar una colonia, de tomar un campamento militar, y si el éxito no les
hubiese entumecido, habrían podido rechazar el yugo. Nosotros, que somos
inviolados e insumisos, nosotros que vamos a llevar al combate el espíritu de
la Independencia, y no el de las quejas, mostremos desde el primer momento qué
hombres se ha reservado Caledonia.
Son nuestras
disensiones y desacuerdos los que les dan ventajas, los defectos de sus
enemigos los que sirven a la gloria de su ejército; esta amalgama de pueblos,
unidos ante los éxitos se disocian ante los reveses; a no ser que, por
casualidad, los galos, los germanos y muchos de los bretones, que pueden
prestar su sangre a la tiranía del extranjero, mientras fueron mucho tiempo sus
enemigos más que sus esclavos. Temor y terror son débiles lazos para la
amistad... Todo lo que me anima para vencer está de vuestra parte; los romanos
no tienen esposas para quemarlas, ningún pariente que les reproche la huida;
muchos no tienen patria, o son de otra patria que no es Roma. Poco numerosos,
desorientados, no ven a su alrededor más que objetos desconocidos: este cielo,
este mar y estos bosques, nos han sido entregados por los dioses, y nos
encarcelan y encadenan... Entre las filas enemigas encontraremos apoyos para
nuestra causa; los bretones reconocerán su causa propia; los galos se acordarán
de su independencia pasada; los mismos que cuando poco los usupios dejaron a
los romanos, todos los otros germanos los abandonaron. Y después de esto, nada
más que añadir: fortines evacuados, colonias de viejos, municipios debilitados
y desunidos; de un lado la obediencia forzada: del otro, la autoridad injusta.
Ahí está su jefe, ahí está su ejército; ahí están los impuestos, las
minas y los otros castigos de los esclavos; sufrirlos para siempre, o
vengaros enseguida: este campo de batalla lo decidirá. Por tanto, en el momento de caminar al combate, pensad en vuestros antepasados, pensad en vuestros descendientes.
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