Introdución:
Los francos (del latín Franci o gens Francorum) fueron una
comunidad de pueblos procedentes de Baja Renania y de los territorios situados
inmediatamente al este del Rin (Westfalia), que al igual que muchas otras
tribus germánicas occidentales entró a formar parte del Imperio romano en su
última etapa en calidad de foederati, asentándose en el Limes (Bélgica y norte
de Francia actuales). Las poderosas y duraderas dinastías establecidas por los
francos reinaron en una zona que abarca la mayor parte de los actuales países
de Francia, Bélgica y Países Bajos, así como la región de Franconia en
Alemania.
La palabra franco (Frank o Francus) significa «libre» en la
lengua de los francos, ya que los francos no estaban dominados por el Imperio
romano ni por ningún otro pueblo.Dado que la raíz frank no pertenece a la
lengua germánica primitiva, se piensa también que podría derivar de
frei-rancken (libere vacantes) que significa libres viajeros.
Los primeros francos y su expansión:
No se sabe mucho de los inicios de la historia de los
francos. El cronista galo-romano Gregorio de Tours, autor de la Historia
Francorum (Historia de los francos), que cubre el período hasta el año 594, es
la fuente principal. En ella cita a su vez como fuentes a Sulpicio Alejandro y
a Frigerido (los cuales serían desconocidos de no ser por él), además de
aprovechar su propia relación personal con muchos francos insignes. Aparte de
la Historia de Gregorio, existen además otras fuentes romanas anteriores, como
Amiano y Sidonio Apolinar.
Bautizo de Clodovedo |
Los estudiosos modernos dedicados al período de las
migraciones han sugerido que el pueblo franco podría haber surgido de la
unificación de grupos germánicos anteriores más pequeños (usípetes, téncteros,
sicambrios y brúcteros), que habitaban el valle del Rin y los territorios
situados inmediatamente al este. Esta unión podría estar relacionada con el
aumento del caos y las insurrecciones acontecidas en la zona como resultado de
la guerra entre Roma y los marcomanos, que había comenzado en el año 166, así
como de los conflictos derivados de ésta durante la segunda mitad del siglo II
y el siglo III.
La primera vez que los autores clásicos de la antigüedad
nombran al territorio de los francos es en la recolección de relatos laudatorios
de emperadores romanos Panegyrici Latini (Panegíricos Latinos), a principios
del siglo IV EC. En esa época tal territorio se correspondía con el área
situada al norte y al este del Rin (la Renania actual), con unos límites
difusos encerrados en el triángulo entre las ciudades de Utrecht, Bielefeld y
Bonn de hoy día. En el citado territorio se situaban las tierras de la
confederación de pueblos francos de los sicambrios, los salios, téncteros,
usípetes, vindélicos, brúcteros, ampsivaros, camavos y catos. Algunas de estas
tribus, como los sicambros y los francos salios suministraban tropas a las
fuerzas romanas que protegían el limes (las fronteras del imperio).
En un principio, se dividían en dos grupos, cuyos nombres
derivarían, según algunas interpretaciones, de sus asentamientos en torno a dos
ríos:
Los francos
salios: habitarían, a mediados del siglo III d. C., el valle inferior del río
Rin, en los actuales Países Bajos y noroeste de Alemania. Su nombre estaría
vinculado, según unos, al río Ijssel (forma antigua Isala, como otros cursos de
agua: Isère, Yser, Isar); según otros, al vocablo germánico «see» (mar), o
también al germánico «i sala» (aguas oscuras).
Los francos
ripuarios: habitarían el curso medio del río Rin, y su nombre derivaría del
vocablo latino «ripa» (río), en el sentido de la gente del Rin.
Entre los años 355 y
358, el emperador Juliano intentó dominar las vías fluviales del Rin bajo el
control de los francos, y una vez más volvió a pacificarlos. Roma les concedió
una parte considerable de la Gallia Belgica, momento a partir del cual pasaron a
ser foederati del Imperio romano, aunque el emperador forzó el retorno de los
camavos a Hamaland (un distrito ahora holandés en la actual Güeldres). De este
modo, los francos se convirtieron en el primer pueblo germánico que se asentó
de manera permanente dentro de territorio romano.3 El holandés hablado en
Flandes (Bélgica) y Holanda tiene su origen en las lenguas de origen germánico
habladas por los francos (ver fráncico antiguo), también el limburgués tendría
el mismo origen.
Algunos francos
prosperaban en suelo romano, como Flavio Bauto y Arbogastes, militares que
apoyaban la causa de los romanos, mientras que otros reyes francos, como
Malobaudes se oponían a los romanos dentro del Imperio. Después de que la caída
de Arbogastes tras su suicidio en la Batalla del Frígido, su hijo Arigio logró
establecer un condado hereditario en Tréveris, y después de la caída del
usurpador Constantino III, algunos francos apoyaron al usurpador Jovino (411).
A pesar de ser
aliados de Roma —de hecho contribuyeron a defender las fronteras tras el paso
de las tribus germánicas por el Rin en el 406— desde la década de 420, los
francos aprovecharon la decadencia de la autoridad romana sobre la Galia, para
extenderse al sur, de manera que fueron conquistando gradualmente la mayor
parte de la Galia romana al norte del río Loira y al este de la Aquitania
visigoda.
La invasión de los
francos presionó hacia al suroeste, más o menos entre el Somme y la ciudad de
Münster (en la Renania del Norte-Westfalia actual), y avanzó por la región
parisina, donde terminaron con el control romano que ejercía Siagrio en el 486,
y prosiguió hacia los territorios al sur del río Loira, de donde se expulsó a
los visigodos a partir del 507.
Los merovingios
Situación territorial
del imperio franco entre 481 y 814.
Lo poco que ha
sobrevivido acerca de los reinos de los primeros jefes francos, Faramond
(aproximadamente entre 419 y 427) y Clodión (aproximadamente entre 427 y 447),
parece tener más de mito que de realidad, y su relación con la dinastía de los
merovingios permanece poco clara.
Gregorio menciona a
Clodión (Chlodio) como el primer rey que inició la conquista de la Galia al
tomar «Camaracum» (actual Cambrai) y expandir la frontera hasta el río Somme,
esto es, su territorio incluiría la región de la Toxandria (en el Brabante
actual, entre las desembocaduras de los ríos Mosa y Escalda) y tendría como
centro la ciudad y obispado de Tongeren (civitatus Tungrorum), desde donde se
ampliaría hasta Cambrai (Camaracum) y el río Somme. Sidonio Apolinar relata
como Aecio tomó a los francos por sorpresa, haciéndoles retroceder
(probablemente alrededor de 431). Este período marca el inicio de una situación
que se prolongaría durante siglos: los francos germánicos se convirtieron en
soberanos de un número cada vez mayor de súbditos galorromanos.
En 451, Aecio pidió
ayuda a sus aliados germánicos en suelo romano para repeler una invasión de los
hunos. Mientras que los francos salios le apoyaron, los renanos lucharon en
ambos bandos, dado que muchos de ellos vivían fuera del Imperio.
Los sucesores de
Clodión son figuras poco conocidas. Las fuentes de Gregorio identifican sin
demasiada seguridad a Meroveo (Merovech) como el rey de los francos, epónimo de
la dinastía y posible hijo de Clodión. Meroveo fue sucedido en el trono por
Childerico I, en cuya tumba, descubierta en 1653, se encontró un anillo que lo
identificaba como rey de los francos.
Clodoveo y la creación del reino de los francos:
Clodoveo I (Clovis en francés), hijo de Childerico I,
comenzó una política de expansión de su autoridad sobre las otras tribus
francas y de ampliación de su territorio al sur y oeste de la Galia. Así,
comenzó una campaña militar con la intención de consolidar los varios reinos
francos en la Galia y Renania, dentro de la cual se enmarca la derrota de
Siagrio en 486. Esta victoria sobre Siagrio supuso el fin del control romano en
la región de París.
En la Batalla de Vouillé (507), Clodoveo, con la ayuda de
los burgundios, derrotó a los visigodos, expandiendo su reino al este, hasta
los Pirineos. Tras esta batalla, Gregorio de Tours indica que Clodoveo llevó a
cabo campañas para eliminar a los demás reyes francos, tanto ripuarios como
salios.
La conversión de Clodoveo al cristianismo, tras su
matrimonio con la princesa católica burgundia Clotilde en 493, pudo haber
ayudado a acercarle al papa y a otros soberanos cristianos ortodoxos. La
conversión de Clodoveo supuso la conversión del resto de francos. Al profesar
la misma fe que sus vecinos católicos, los recientemente cristianizados francos
encontraron mucho más fácilmente su aceptación por parte de la población local
galo-romana que otros pueblos germánicos cristianizados de fe arriana, como los
visigodos y ostrogodos, los vándalos, los lombardos o los burgundios. De esta
forma, los merovingios dieron lugar a la que con el tiempo sería la dinastía de
reyes más estable de Occidente. La dinastía merovingia fundada por Clodoveo
toma su nombre de Meroveo, su antepasado germánico leyendario y casi divino,
que da legitimidad a su reino.
Esta estabilidad, sin embargo, no se extendía a la vida
cotidiana durante la era merovingia. Los francos eran ante todo un pueblo
guerrero, una característica que lógicamente impregnaba todos los aspectos de
su cultura. Aunque en tiempos de los romanos existía un cierto grado de
violencia (sobre todo en la etapa final), la introducción de la práctica
germánica de recurrir a la violencia para solventar disputas y conflictos
legales llevó a un cierto grado de anarquía al final de esta época. Esto afectó
al comercio, que llegó a verse interrumpido ocasionalmente, dificultando de
manera creciente la vida cotidiana, lo que desembocó en una progresiva
fragmentación y localización de la sociedad en villas. La alfabetización,
aparte de los pocos eruditos eclesiásticos, era prácticamente nula, como en
toda la Europa occidental.
Bautismo de Clodoveo por San Remigio |
El área franca se expandió aún más bajo el reinado de los
hijos de Clodoveo, llegando a cubrir la mayor parte de la actual Francia (con
la expulsión de los visigodos), pero incluyendo también zonas al este del río
Rin, tales como Alamannia (el actual sudoeste de Alemania) y Turingia (desde
531); Sajonia, en
ambio, permaneció fuera de las fronteras francas hasta ser conquistada por Carlomagno siglos más tarde. A su muerte en 511, repartió el reino entre sus cuatro hijos, hasta que su hijo Clotario I reunió temporalmente los reinos, tras él, los territorios francos volvieron a dividirse en 561 en Neustria, Austrasia y Borgoña, que habían sido anexionadas por los francos por medio de matrimonios e invasiones.
ambio, permaneció fuera de las fronteras francas hasta ser conquistada por Carlomagno siglos más tarde. A su muerte en 511, repartió el reino entre sus cuatro hijos, hasta que su hijo Clotario I reunió temporalmente los reinos, tras él, los territorios francos volvieron a dividirse en 561 en Neustria, Austrasia y Borgoña, que habían sido anexionadas por los francos por medio de matrimonios e invasiones.
En cada reino franco, el mayordomo de palacio ejercía las
funciones de primer ministro. Una serie de muertes prematuras que comenzaron
con la de Dagoberto I en 639 desembocaron en una sucesión de reyes menores de
edad. A comienzos del siglo VIII, esto había permitido a los mayordomos
austrasios consolidar el poder de su propio linaje, lo cual llevó a la
fundación de una nueva dinastía: los carolingios.
Véase también: Francia en la Edad Media:
Los cruzados y otros europeos occidentales conocidos como
«francos»:
Puesto que las dinastías francas reinaron sobre Europa
occidental durante siglos, existen muchos términos derivados de «franco» usados
por muchos de los habitantes de Europa oriental, Oriente Medio y territorios
más al este como sinónimo para los cristianos romanos (p. e.: al-Faranj en
árabe, farangi en persa, Feringhi en indostánico, Frangos en griego, y Frany).
Durante las cruzadas, dirigidas principalmente por nobles de la Francia
septentrional que aseguraban ser descendientes de Carlomagno, tanto los
musulmanes como los cristianos utilizaban estos términos para referirse a los
cruzados. Muchos historiadores modernos han seguido este uso de la palabra,
denominando a los europeos occidentales en el Mediterráneo oriental «francos»,
independientemente de su país de origen:
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